Iluminación SIN CABLES
Es lo último en lámparas con luces LED y carga que las hacer transportables y aptas para el piso o el techo
Las innovaciones que se produjeron en los últimos años en materia de iluminación son toda una revolución, también para el diseño. Las luces LED fueron mejorando permanentemente y hoy las compañías desarrollan un estilo totalmente nuevo que incluye luces inalámbricas con diseños pensados para el living y hasta el jardín.
La clave está en los diodos emisores de luz, que son los que determinan qué efecto tendrá la iluminación. Ese desarrollo abrió las puertas a un mundo nuevo y posibilitó la fabricación de las luces 2.0, que son móviles y buenas tanto para interiores como exteriores. Como ejemplo, la lámpara FollowMe tiene una parte superior móvil, está hecha de policarbonato y madera y sigue al usuario a todas partes. Es un diseño de Inma Bermúdez para la marca Marset y es totalmente pionera en este ámbito. Cuando fue presentada, en 2014, se veían pocas lámparas similares, ahora está siendo tendencia.
La marca Gloster incorporó este año diseños inalámbricos de Henrik Pedersen, que propuso dos lámparas de piso llamadas Ambient Cooon, de polipropileno y teca, por un lado, y Ambient Nest, de un entramado de materiales sintéticos y acero inoxidable. El resultado es iluminación ideal para las vacaciones o para un jardín de invierno. porque estas lámparas van en el piso pero también se pueden colgar del techo.
Pedersen explica su inspiración diciendo que como diseñador notó que "la iluminación y la calidez hacen la gran diferencia de los ambientes más agradables" y que, desde su estética, "los recursos más discretos suelen
ser los de mayor efecto". Por eso, ideó una iluminación que sirva de fondo. Pero no todo es nuevo en el mercado. Hay un producto que ya tiene más de 50 años y que vive un renacimiento: la lámpara de mesa Cestita, diseñada por Miguel Milá, en 1962, para Santa & Cole y que se presenta ahora en una reedición sin cable. La esfera de vidrio o material se posa sobre una base de madera de pino y, además de ser recargable, se convierte en un objeto portátil. "La Cestita portátil tiene el equilibrio justo entre lo funcional y la tradicional de nuestra artesanía. Esta reedición del diseño original se respalda en la tecnología para mejorar sus funciones sin que la lámpara pierda la calidez de siempre, esa que caracteriza a la familia de luminarias", sintetiza Milá. Otro buen ejemplo en esta línea es la Firefly, de Alexander Ahnebrink para De Padova. Tiene una batería recargable y varias aplicaciones, pero pese a sus innovaciones el estilo es más bien tradicional. Es más, parece un termo portable. La luz se enciende ni bien el objeto registra una inclinación de 30 grados o si se lo mueve en forma horizontal. Además, es hiperpráctico: se recarga por USB y la batería funciona durante 3 horas.
Nox, el modelo de Alfredo Häberli para Astep, es para quienes buscan algo con un tinte asiático combinado con elementos geométricos que recuerdan a un juguete infantil. Tiene una duración de 15 horas y se puede recargar sin cable. "Quería crear un objeto que fuera innovador y al mismo tiempo lúdico. Nox es para utilizar tanto fuera como dentro de la casa",
explica Häberli.
La lista es larga y se podría seguir con infinitas propuestas como la de los diseñadores de Studio Natural que idearon una lámpara con silicona, CriCri, que no sólo es portable, sino que también se puede plegar para llevar a todas partes.