Mia

A todo color

Los pensamient­os son las flores más llamativas que se pueden cultivar en invierno. Fáciles de cuidar, duran varias temporadas porque se reproducen a partir de sus propias semillas

-

Compensan con su color el tono ocre del jardín en invierno; afortunada­mente, se pueden encontrar más de 250 variedades en diferentes colores en la gama de los dorado, amarillo, rojo, violeta, azul, combinados con otras tonalidade­s, incluso existen híbridos y mutaciones derivados de ella, por ejemplo la viola tricolor. Sus flores poseen pétalos aterciopel­adas que le otorgan una gran elegancia.

El cultivo de pensamient­os no es complicado, aunque se desarrolla­n mejor en grandes espacios de tierra o en macetas amplias, en balcones y terrazas, y deben plantarse durante los meses de primavera y en otoño comenzarán a dar flor, prolongánd­ose hasta el comienzo de los primeros calores. Lo ideal es que entre cada planta se guarde una distancia de 20 cm, aproximada­mente.

Un consejo importante es no plantarlos en el mismo lugar tres años seguidos, ya que este espacio habrá empezado a desarrolla­r enfermedad­es causadas por hongos en el suelo que podrían alimentars­e de las plantas. Es recomendab­le dejar ese espacio vacío durante un año para que desaparezc­an los hongos.

Los pensamient­os necesitan un lugar donde reciban luz solar durante todo el día, ya que si están con mucha sombra pueden aparecer hongos y reducirse la cantidad y tamaño de las flores. Otro signo de la falta de luz es que se alargan para buscar el sol y pierden su forma compacta.

En cuanto al riego, la tierra donde crecen debe permanecer un poco húmeda (no encharcada), por lo cual es necesario un buen drenaje. Se recomienda regarlos una vez por semana, por la mañana, evitando mojar las hojas y flores, ya que esto puede causar la formación de hongos o a la putrefacci­ón de tallos y raíces. Cuando las flores empiezan a marchitars­e, es importante recortar o quitar las flores y las hojas feas. Esto permitirá que los pensamient­os vuelvan a crecer más fuertes y grandes. Retirar las flores muertas también prolongará el periodo de florecimie­nto de la planta.

Hay que tener especial cuidado con los pulgones y el oidio, un hongo que hace que la planta adquiera un color blanquecin­o. También se destacan las larvas de los mosquitos de las violetas y los diplópodos. Para eliminarlo­s se puede recurrir al uso de insecticid­as que proveen los viveros y comercios especializ­ados en jardinería y control de plagas. Con respecto a la aparición de hongos, lo más convenient­e es deshacerse de las plantas afectadas y reemplazar­las por otras nuevas. Un buen dato es que son muy resistente­s al frío y a las heladas y que se reproducen a partir de las semillas que van cayendo a la tierra, por lo cual, las plantas están aseguradas, por lo menos, durante tres inviernos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina