TURISMO. Marruecos
Además de los amantes de los deportes acuáticos y el pescado, cada vez más veraneantes se entusiasman con las kilométricas playas del sur de este país, al norte de África.
El casco histórico de Esauira (a dos horas de coche al oeste de Marrakech, en el sur del país soberano oficialmente denominado reino de Marruecos) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001. Las fachadas encaladas de blanco y azul evocan su pasado portugués. En las calles huele a artículos de cuero, especias orientales, té de menta y a pescado, que a menudo se prepara y sirve en un tajín en los numerosos restaurantes.
En los años sesenta y setenta los hippies, desertores y artistas descubrieron Esauira. Incluso Jimi Hendrix y Bob Marley llegaron allí para relajarse. Después, Esauira se convirtió en el paraíso de practicantes de windsurf y kitesurf. Hace años conquistaron la costa al norte y sur de la ciudad. Imsouane pertenece junto con Esauira, Safi, Taghazoute y Sidu Kaouki a los lugares más conocidos para practicar surf y kitesurf de la costa atlántica marroquí. Aquí apenas hay chiringuitos de playa o barcos turísticos. Pero cada vez son más los veraneantes que se entusiasman con las kilómetricas playas naturales del sur de Marruecos. Sin embargo, aquí todavía no hay turismo de masas como en la cercana ciudad de Agadir. La playa de Lalla Fatna, en el norte de Esauira, atrae con su agua clara y su soledad. En la kilométrica playa de arena
del cabo Tafelney sólo nos cruzamos con pescadores locales. Cuanto más al sur, más solitaria se vuelve. Durante el viaje hay cabras escalando a los árboles de argán para llegar hasta sus frutos. La pulpa es amarga e incomible para las personas, pero al pastor le interesan las semillas, que sus cabras desechan y él vende a asociaciones de mujeres que elaboran aceite de argán, mundialmente conocido por su uso en cosmética. La vegetación va disminuyendo, la cercanía del Sáhara es palpable. A partir de Sidi Ifni, una antigua plaza militar española, las playas también son más largas y desérticas. Al norte de Sidi Ifni se encuentra el paisaje costero más espectacula: En Legzira, un gigantesco arco de roca ocupa la playa del mismo nombre, Eran dos, pero en 2016 uno se derrumbó. La costa atlántica de Marruecos, de 2.000 kilómetros de longitud, también ofrece más al norte puntos destacados. En el camino del sur hacia Rabat, hay que parar en Oualidia. Esta localidad costera con su preciosa laguna es uno de los mejores lugares para comer pescado y mariscos. La mayoría de los turistas conoce Marrakech y Fez, pero dejan de lado la tercera ciudad imperial,Rabat, capital de Marruecos. Error. El mercado del zoco es una gran atracción, la ciudad antigua tras la muralla de la fortaleza es un fascinante laberinto de callejuelas en azul y blanco con jardines de estilo andalusí y morisco y estupendos cafés. Quien busca más tranqulidad, en tanto, puede ir a Asilah, donde la belleza de Oriente se reúne con el atronador océano.