ENVEJECIENDO
Pero si queremos atrapar el momento, inmovilizar el equilibrio para no perderlo, cosificamos el momento y por ende la vida. Una vida sin crisis, sin movimiento, es muerte. Te recuerdo que un equilibrista se mantiene a través de pequeños movimientos constantes, que no paran nunca. Pierde el equilibrio y lo restablece constantemente. Si dejara de moverse, se caería. Cada cambio de etapa supone una crisis, el equilibrio se rompe porque entran a jugar factores nuevos, cambios laborales, de salud, familiares…
En esta etapa de la vida, el cuerpo puede hacer sentir sus limitaciones, y para muchos se les agregan las dificultades económicas, pero aun así, sabemos con qué contamos y que debemos enfrentarlo en el presente. Si las expectativas son las causantes de desilusión y dolor, en esta etapa son menores. No porque sea una etapa sin esperanzas, sino porque ya aprendiste lo que puedes esperar y lo que no. Entre todos los cambios sociales que hubo, quizás la manera de envejecer sea una de las que más ha cambiado, en algún punto, para peor. Desde que convertimos a la juventud en una virtud, la vejez se transformó en un pecado que nadie quiere cometer. Cada día son más quienes se disculpan por ser "ancianos".
En varias oportunidades me ocurrió que me llamaron para pedir turno y, sin que yo pregunte edad, me dicen: "Soy una mujer grande, pero no parezco". La primera vez que lo oí me sorprendió. ¿Acaso pensaban que las discriminaría por ser mayores? Las otras veces me entristecí por ellas, ¿sentían que habían dejado de ser interesantes por tener más años? Me guste o no, esta creencia está cada día más difundida, probablemente, entre los que compraron la fantasía de poder controlar el paso del tiempo. Al no lograrlo se sintieron impotentes, por lo que además de sentirse "viejas", se sentían fracasadas. El sistema idealiza una de las etapas (la que más consume), en desmedro de la otra. Consumir es favorable al sistema, pero no el propósito de la vida. El sentido de esta es ser vivida y quien más cosas tiene está lejos de tener más vivencias, por el contrario, las agota más rápido. Dicen que lo que consumimos es nuestro deseo. Mi intención es ayudar a dar a los años la dignidad que merecen, en honor al recorrido que se ha hecho, los duelos vividos, los logros alcanzados. No es una novedad que las mujeres envejecemos mejor que los hombres, con más recursos internos. Es la consecuencia de haber estado en contacto con el tic tac durante todo el camino (...).
Hoy la expectativa de vida se ha extendido mucho y esta etapa es cada día más extensa. Según las estadísticas, en cincuenta años un 25% de la población tendrá más de 80 años y dentro de veinticinco serán más los viejos que los niños (...). Si bien después de los 60 somos más las mujeres que los hombres, también es cierto que, cuando una mujer de esa edad arma un vínculo de pareja, es el hombre quien insiste en la convivencia. Ellos, que en otros momentos se resistían al compromiso, en el último tramo de su vida quieren asegurarse estar acompañados. Somos nosotras las que no queremos, sí una pareja para salir y compartir, pero cada uno en su casa. La mujer aprendió durante toda su vida a arreglárselas y sabe que puede. Además, suele tener una mejor red social que la apoye. Tiene amigas, sale con ellas, comparte sus penas, cuenta con su ayuda en caso de que se enferme. Los hombres, en cambio, si tienen amigos, no llegan a tener un grado de intimidad que les permita sentirse contenidos (...)
Te extrañará esta permanente referencia al otro sexo. Es que, en esta etapa, la mujer está fuera de ciclo. Se supone que su cuerpo no tiene diferencias con los del hombre. Por eso debe cuidarse a nivel cardíaco ya que no están las hormonas que la protejan. No obstante, esta semejanza es física, a nivel psicológico los cambios ya se han establecido. Después de varias décadas con el reloj en el cuerpo, ya no necesitamos que nos marque nada. Sabemos que está funcionando sin parar como también lo saben ellos. En su caso es la novedad, en el nuestro, un ritmo que hemos incorporado. Si no has puesto piloto automático ni te has dejado desgastar por la rutina, en esta etapa te habrás dado cuenta de que el futuro es hoy.