Aumentá tu hierro
Enriquecé tus platos con hierro y ácido fólico. Para ello, consumí legumbres, mijo, germen de trigo, jugo de manzana... y ácido fólico (hojas verdes).
Cuidá tu flora intestinal. Una microbiota en buen estado mejora la absorción de nutrientes como la vitamina B12: consumí fibra y fermentados. Paseá con la naturaleza, por el campo y hacé ejercicio. El movimiento produce percusiones sobre los huesos que estimulan la médula y la producción de hematíes (glóbulos rojos).
Tomá baños de sol sobre la columna vertebral: provocan una reacción térmica que también actúa sobre la médula.