También para el pelo
Las células madre también han demostrado su incidencia para hacer más denso el volumen de la cabellera. El crecimiento del pelo atraviesa un ciclo que incluye una fase de crecimiento (anágena), que se caracteriza por el crecimiento del pelo a una velocidad de 0,3 mm al día, una fase de regresión (catágena), en la cual durante 2 o 3 semanas el folículo piloso detiene la síntesis de sus células, que es seguida por una fase de caída (telógena), en la que después de tres meses el cabello termina por caerse.
Por último, existe una fase de latencia, antes de que el bulbo despierte y genere nuevos cabellos, que puede durar de 2 a 12 meses, y en la cual, una vez que el pelo cae, el folículo está inactivo y no se produce ningún tipo de síntesis ni división celular.
Hasta el momento las investigaciones se habían detenido solamente en las fases de crecimiento, pero los últimos descubrimientos ponen el foco sobre lo que sucede cuando los folículos están dormidos. En este período de inactividad aparente, se ha descubierto que es el momento en el que se libra una lucha entre los factores que inhiben el crecimiento del cabello y aquellos que lo activan. Basándose en este conocimiento del ciclo capilar, y en los descubrimientos más reciente sobre las células madre, las investigaciones han demostrado que existe una molécula, la estemoxidina, que es capaz de reproducir las condiciones óptimas para que las células madre se reproduzcan, y de esta manera estimulen a los bulbos dormidos, para favorecer así el crecimiento del cabello durante la fase de latencia.