Los mejores colores de los niños
El crecimiento puede traer un sinfín de emociones encontradas hasta que los niños se asientan en su personalidad definitiva. La falta de estabilidad, los trastornos de relación, la timidez son algunas de los problemas que pueden verse con frecuencia en los niños. Es sabido que los colores pueden trabajar sobre las emociones más profundas. Por este motivo, el Feng Shui los utiliza para crear dormitorios con tonos acordes a la necesidad, vestimentas estimulantes o cuadros como mandalas que ayuden al crecimiento espiritual.
Los colores operan sobre lo más profundo pero hay que recordar que la utilización de lasas variaciones puede crear diferentes mezclas con determi-nada función. Por ejemplo, ell rojo es un color súper excitante (yang) y, con agregado de blanco, se convierte en rosa, un color que traerá calma y amorosidad (yin). Es decir, el tono de un color podrá activar o relajar y así utilizarse cuandoo los niños tienen miedos, falta de concentración, problemas de relación o temas con la amistad. Los colores pueden acompañar en el proceso dee armonización en los tonos adecuados a cada ocasión:
Los verdes son ideales para utilizarili cuandod un niño esté con temores, necesite energía o estimular el aprendizaje. Cuando son muy retraídos o tienen problemas de relación con sus pares pueden tener mezcla de amarillo y es aconsejable en niños con problemas para dormir, usar los tonos más claros, por ejemplo, un verde agua.
Los rojos serán ideales cuando se necesita activar el deseo de aprender, estimular la actividad física o activar la energía vital. De todas maneras, es un color que debe utilizarse con mesura, pues si no podría generar discusiones o agresiones. No será aconsejable usarlo si el niño es hiperactivo y tiene problemas de concentración. Los rosas son ideales para las niñas igual que lo lilas.
Los azules se pueden utilizar cuando el objetivo es tranquilizar, lograr la introspección o cuando un niño tiene mucha actividad, entonces, es ideal para lograr un buen descanso. Será mejor evitarlo: cuando el niño es demasiado sedentario, está solo o es muy friolento.
Los tonos lavanda o celestes se pueden colocar en la habitación de los más pequeños, ya que son colores del cielo y crean mucha contención y una regulación de la energía.
Los amarillos son ideales para levantar el ánimo o fomentar la amistad. Pueden resultar desfavorables en el caso de que el niño sea muy ansioso o cuando vive solo con adultos. En la habitación, los amarillos deberán ser claritos pero un cuadro o mandala amarillo puede lograra cambiar la claridad de expresión del niño.
Los naranjas son ideales ccuando se necesita fomentar la cooperación, erradicar senttimientos de soledad, cuando sse integran dos familias y para nniños tímidos. No son convenientes cuando hay gemelos, cuando se necesita activar la autogestión en un niño.
Los violetas serán ideales cuando un niño está atravesando un período de dificultades porque este color le permitirá transmutarlos. Son desfavorables cuando se está muy concentrado en sí mismo o con exceso de responsabilidades.
Los tonos beige son ideales cuando se necesita dar sentimientos de seguridad, para estabilizar o calmar.
Los blancos son especiales para mantener la mente clara y despejada, para lugares de mucho calor y ayuda con los miedos a la oscuridad. Cuando el niño es individualista, inquieto, que no para de hablar, con dificultades para relacionarse con los demás o cuando requiere demasiada atención de un adulto, es recomendable no utilizarlo.