¡Feliz día a todas!
Están las que no duermen mucho entre teta y llanto de crisis, las que se pasaron medio año en la escuela supervisando la adaptación al primer grado, las que corrieron como locas pero nalmente consiguieron anotarlo en la secundaria, las que están preparando el vestido para la ceremonia de entrega del diploma universitario. Están las que lloran por el paco o el alcohol, las que hace semanas están internadas rezando para que salga del ataque feroz que sufrió, las que recibieron un cuerpo muerto y vejado por un miserable que sigue libre. Están las que esperan, las que salen con el auto a buscarlos, las que cosen, cocinan, reparan ropa, alma o corazones. Están las que están y las que faltan porque hace tiempo se fueron a descansar de tanta corrida. Están todas porque es el Día de la Madre y aunque protestemos porque no debiera haber uno, recibir un mimo alivia tanta pena, descansa de tanto apuro, reacondiciona para seguir cumpliendo con el trabajo más lindo del mundo: ser mamá.