Tus peores enemigos Por el Dr. Rolando Pisanú
Las mayores causas de envejecimiento cutáneo son evitables. El secreto de la eterna juventud parece estar en la piel. Los rayos solares son los peores enemigos de la piel ya que causan fotoenvejecimiento. La protección adecuada es imprescindible, más en época veraniega y si se desarrollan tareas al aire libre.
Las arrugas de los fumadores son distintas, más estrechas, profundas y con contornos bien marcados. La persona presenta una piel rugosa y un tanto grisácea. Los labios y los ojos están rodeados de arrugas finas, líneas profundas y superficiales en las mejillas y las mandíbulas. Todos estos cambios causados por el humo del tabaco suelen manifestarse a partir de los 35 años y son directamente proporcionales al grado de consumo. Los médicos suponen que el tabaquismo desencadena una mayor actividad de unas enzimas llamadas metaloproteinasas en la piel (que descomponen el colágeno), además de aumentar la cantidad de radicales libres. La buena noticia es que, a diferencia de las radiaciones solares, los daños del tabaco son generalmente reversibles y la piel es el primer órgano que muestra los efectos positivos de dejar de fumar: la piel se vuelve más tersa e hidratada.
Adelgazar y engordar muchos kilos y, peor aún, si esto sucede varias veces, es un grave perjuicio para la piel, ya que las fibras elásticas que la componen se estiran llegando incluso a romperse y no pueden volver fácilmente a su posición normal. Muchas veces son necesarias varias intervenciones quirúrgicas que se van haciendo en etapas, para recuperar la forma corporal de alguien que ha adelgazado muchos kilos, por ejemplo, debido a una cirugía bariátrica.