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Los micronutri­entes

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Los alimentos naturales contienen macronutri­entes (proteínas, hidratos de carbono y grasas) y micronutri­entes (minerales y vitaminas). Sin embargo, en los últimos años, la creciente industrial­ización de la cadena alimentici­a -desde la maduración de frutas y verduras en camiones o cámaras con luz arti cial en vez del sol, hasta el engorde de vacas, pollos y el pescado de criadero- signi ca que los alimentos contienen muchos menos minerales y vitaminas que antes. Por otro lado, los métodos modernos de cocción rápida, en microondas o a temperatur­as muy altas, destruyen los micronutri­entes y también corrompen las otras propiedade­s que puedan tener los alimentos. Para saber si estás consumiend­o los micronutri­entes que necesitás, hay que analizar no solo sangre y orina sino también hábitos y estados de ánimo en distintos momentos del día. Las vitaminas y los minerales que encontramo­s en los alimentos son fundamenta­les para mantener el complejo y delicado equilibrio de las funciones hormonales y celulares.

La falta de hierro produce un estado anémico acompañado por fatiga.

La falta de potasio genera sensación de debilidad y calambres en los músculos.

La falta de calcio conlleva la caída del pelo y las uñas quebradiza­s.

La falta de zinc, esencial para la síntesis de proteínas y las funciones regenerati­vas del organismo, provoca trastornos en el sueño.

Los importante­s

Sal yodada. El yodo es un componente esencial para la formación de la hormona tiroidea. En dietas hiposódica­s, se recomienda consumir algas marinas o pescado de agua salada. También se puede tomar 100 mg de yodo al día como suplemento.

Vitamina B. Incrementa la producción de las glándulas suprarrena­les. Si sufrís de insu ciencia suprarrena­l, es posible que te sientas irritable, mareada y que tengas bajos niveles de glucosa en la sangre. Tu organismo necesita estas sustancias para producir hormonas suprarrena­les, así que tomá diariament­e 500 mg de vitamina B5 y 100 mg de vitamina B6.

Cromo. Este mineral ayuda a la hormona insulina a distribuir la glucosa por las células de todo el organismo. Si tenés niveles bajos de cromo y resistenci­a a la insulina, las células adiposas retendrán el azúcar, lo que conllevarí­a un aumento del riesgo de padecer diabetes y enfermedad cardíaca.

Biotina. Esta vitamina del grupo B reduce el riesgo de resistenci­a a la insulina. Entre los alimentos ricos en biotina, se incluyen productos de origen animal como aves, derivados lácteos y pescado.

En la cronobiolo­gía nutriciona­l es fundamenta­l respetar los ritmos y hay dos normas que nos pueden ayudar a salir adelante: primero hay que comer cinco veces al día porque tenemos cinco picos de insulina diarios, que son los ritmos normales: por la mañana, media-mañana, mediodía, media-tarde y noche. La gente que come cinco veces por día es más delgada que la que come cuatro porque el cuerpo está siendo más eficiente en su trabajo. Segundo, hay que respetar los horarios de las comidas porque esto va a sincroniza­r al cuerpo con el sol y lograr que su funcionami­ento sea más eficiente.

Por lo tanto, analizando la situación hormonal, el consumo de micronutri­entes y respetando el ritmo biológico tal vez romperíamo­s las cadenas que nos atan a las dietas para ganar en salud.

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