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YOGA para el corazón

En la playa o en tu casa, en lugar de fastidiart­e con el calor, podés ganar en frescura interior y energía positiva con ejercicios y asanas que van directo a la salud cardíaca

- Por Edith Peacock

El verano es una estación mágica, con muchas horas de luz y temperatur­as elevadas que nos permiten disfrutar del día intensamen­te, aprovechan­do la plenitud de su generosida­d, nos regala sus mejores frutos y vegetales para una dieta acorde, podemos tomar sol (respetando los cuidados indispensa­bles) capitaliza­ndo su energía y conectarno­s con la tierra, mimarnos mental, espiritual y físicament­e en la naturaleza. Los órganos que más trabajan en esta época son el corazón y el intestino delgado.

El corazón nunca descansa, moviliza cada día 10 mil litros de sangre, transporta los nutrientes y el oxígeno nuevo recorriend­o venas y arterias, llegando a cada célula, recibiendo de los pulmones la sangre purificada y encargándo­se de distribuir­la, así también, recibe la sangre impura que sabiamente retorna a los pulmones para completar el circuito de vida. Resiente las emociones de los de- más órganos: la ira del hígado, la pena de los pulmones, el miedo de los riñones, la mezquindad de los intestinos. La medicina china le atribuye la alegría. Entonces, una de las claves es mantenerse en estado de alegría y trabajar en nuestro interior para ir alejando las emociones que nos perjudican.

Haciendo cambios en el estilo de vida (alimentaci­ón, sedentaris­mo, etc.) no solo mejoramos corazón, sino también peso, tensión y azúcar en sangre. No es un dato menor que las estatinas (fármacos diseñados para evitar la acumulació­n del colesterol malo, o LDL, en las arterias coronarias) son uno de los medicament­os más prescripto­s a nivel mundial. De acuerdo con algunos estudios, además, aumentan la esperanza de vida en hombres. Según el Dr. Ornish, fundador del Instituto de Investigac­ión de Medicina Preventiva en California, ”el enfoque holístico de la enfermedad cardiovasc­ular sigue funcionand­o mejor

para algunas personas”, por eso, investigó la dieta de Swami Satchidana­nda que incluye amplia variedad de verduras, frutas, granos integrales y legumbres, 3 a 4 gramos diarios de ácidos grasos omega 3 (derivado de las algas o del

pescado azul, que haya sido liberado de tóxinas), consumir alimentos de soja naturales y sin refinar (como, por ejemplo, el miso, nada de productos con proteína de soja aislada o hidrolizad­a). Según sus estadístic­as, sus pacientes sometidos a esta dieta obtuvieron beneficios considerab­les.

El estrés es el otro enemigo del corazón: hace que la placa se acumule muy rápidament­e en las arterias coronarias, además, ocasiona que las mismas se constriñan reduciendo el flujo sanguíneo y espesando las plaquetas, facilitand­o así la formación de coágulos de sangre que precipitan un ataque cardíaco.

¿Qué aporta el Yoga?

Prevención y disminució­n del estrés. Aumenta la resistenci­a a las enfermedad­es.

Ayuda a reducir emociones negativas como el enfado, la hostilidad y la impacienci­a, todas ellas relacionad­as con los ataques cardíacos.

Además de vaciar nuestra mente, es ideal también para el perdón (perdonar y perdonarse): “Si tu compasión no te incluye, es incompleta”, dice Buda.

Aprovechem­os además esta hermosa energía para abrir nuestro corazón, cambiar de rutinas, incorporar personas nuevas a nuestro entorno, evaluar otras ópticas, remontar proyectos y disfrutar de la vida.

Pranayamas (ejercicios de respiració­n) de verano

Para enfriar órganos internos, sencillos y que podemos hacer cuando el calor es intenso.

Sadant:

sentados, con la espalda recta, se juntan los dientes abriendo los labios, respirando por los espacios libres entre los dientes incorporan­do el aire fresco. Se exhala por nariz.

Shitali:

sacando la lengua, se la enrolla en forma de tubito y se respira por ese espacio, guardamos la lengua, esperamos unos segundos y exhalamos por la nariz. Esta respiració­n, además de refrescar, humedece nuestro interior.

Posturas

Partiendo de Savasana (acostados boca arriba, totalmente relajados, se inhala yy se exhala lentamente consciente­s de la respiració­n):

Matyasana

(postura del pez): esta postura abre el tórax, dándole más espacio al corazón y los pulmones. Juntamos las piernas y estiramos, llevamos las manos debajoj de los muslos, con ppalmas hacia abajoj y los dedos hacia las rodillas. Inhalamos y vamos elevando el pecho y juntamjunt­amos antebrazos y codos por detrás de la espalda. Presionand­o los codos contcontra el piso, elevamos el pecho un poco más. Si no tenés problemas en las vvértebras cervicales, llevá el cuello hacia atrás. Mantenemos la postura tres rrespiraci­ones como mínimo, concentrán­donos en la respiració­n abdomabdom­inal. Desarmá lentamente y, luego, procedá a llevar las manos por detrás de la nuca, inhalá y, al exhalar, levantá el mentón y llevalo hacia el pecho, mirando la punta de los dedos de los pies.

Postura de Gato a Bhujangasa­na Bhujang Gato:

(Cobra) en el piso, boca abajo, apoapoyado­s sobre las manos (separadas a distancia de hombros con palpalmas hacia adelante) y rodillas (separadas a distancia de caderas),cader pies apoyados en los dedos, con cabeza alineada a la columcolum­na, percibimos el movimiento de la región cervical y de hombrohomb­ros, comenzamos a trasladar el peso corporal sobre los brazbrazos, hombros y abdominale­s, luego, impulsamos en la inhalaciói­nhalación todo el cuerpo hacia arriba, armando una tabla.

Tabla:

apoyados en palma de las manos y dedos de los pies solamente, est estirando cóccix hacia los talones y los muslos hacia ar arriba. Esta postura forti ca muñecas,

brazos y tronco en general, estimula el estado de ánimo. Mantener la postura como mínimo tres respiracio­nes y pasar a Cobra.

Cobra o Bhujangasa­na:

apoyando abdomen en el piso, alineando brazos a la altura de los hombros para que no sufran las cervicales, llevar la cabeza hacia atrás. Mantener varias respiracio­nes. Esta postura es excelente para la columna vertebral, rejuvenece, expande pulmones y plexo cardíaco, aumenta la oxigenació­n en la sangre y mejora la circulació­n.

Jathara Parivartan­asana

(torsión abdominal) De espaldas en el piso, con los brazos extendidos a la altura de hombros y las palmas hacia arriba, se exionan y elevan las rodillas, colocándol­as en ángulo de 90 grados, se levan hacia la derecha hasta que toquen el piso, se estira la pierna izquierda hacia abajo y, lentamente, se gira la cabeza hacia la izquierda. Mantener la postura como mínimo tres respiracio­nes, centrando la atención en el abdomen, luego, repitir del otro lado. Esta postura exibiliza la columna y relaja cadera y músculos lumbares.

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Shitali
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Sadant
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