A reciclar
Si tenés mente y manos creativas, podrás transformar una vieja maleta en un botiquín o en una cama para tu mascota. Nada se tira. Reciclá tus viejas botas y conservá la escalera del abuelo. El reciclaje casero puede ser original para convertir tu casa en un espacio más cálido, moderno o vintage. Recordá que el “hazlo tú mismo” está de moda.
Valija disfuncional: no la descartes. Atornillá en su parte inferior cuatro patas de madera de una vieja mesa y
transformala en la cama del gato.
Tubos de PVC: cortá los caños en una longitud de 35 cm de largo cada uno. Pintalos y una vez secos, unilos entre sí con grampas por los bordes. Rodealos con una tela elástica de 10 a 15 cm de ancho, agrupándolos en forma de ramilletes. El manojo albergará dentro tus zapatos desparramados.
Guitarra rota: quitales las cuerdas, recorta la caja y colocále dentro dos tablas a modo de estantería. Ya tenés un nuevo soporte para decorar tu espacio.
Goma de bicicletas: armá una estantería hecha con neumáticos usados de bicicletas. Colocalos de forma tensionada, sobre dos patas de muebles amuradas a la pared.
Botas de lluvia en desuso: rellenalas con tierra y colocá dentro una plantita. Si las amurás varias, con un clavo a la pared, en el exterior, el patio quedará divertido.
Escalera desvencijada: no la tires. De pie, en vertical u horizontal, amurada a la pared del living, siempre puede transformarse en una estantería vintage.