El cultivo de la albahaca
Si te gusta la cocina italiana no podés dejar de plantar albahaca en casa. Esta planta aromática, puede ssembrarse a partir de semillas o por plántulas. Las semillas se dejan en interior, unas semanas antes de que acabe el período de heladas o fríos intensos. Si recurrimos a las plántulas, nos resultará más cómoda la siembra y el éxito estará asegurado. En los viveros, siempre encontraremos plántulas de albahaca. Para cultivarla, el terreno ideal debe ser ligero, fresco y bien drenado. Si lo hacemos en maceta, procuremos crear una buena capa de drenaje y asegurémonos de que la maceta tenga buenos orificios de drenaje en el fondo.
Mantendremos nuestra albahaca en un lugar donde la temperatura no pueda descender de 10 º porque es una planta que gusta de un clima cálido y agradable. En cultivo de exterior, una buena capa de mantillo en la base no le irá nada mal. Si hubiera heladas, la resguardaremos en casa si la tenemos en maceta o la cubriremos con sacos o mantas si está cultivada en el suelo. Necesita un mínimo de 6 horas de luz solar al día.
Si la cultivamos en interior, tendremos que aportarle fertilizante una vez al mes. Lo mejor es optar por los de origen orgánico y de liberación lenta. Con una temperatura ambiente inferior a los 16 º , no debemos abonarlas.
Cuando las temperaturas son altas, el riego debe ser frecuente: lo aconsejable es realizarlo una vez al día. En condiciones normales, regaremos cada 2 días o menos.
En cuanto la planta alcance los 15 centímetros de altura, comenzaremos a recortar las hojas superiores y más aun cuando se espese la planta. Debemos quitar las flores para evitar que forme semillas ya que esto hace que la planta pierda vigor.
Con respecto a los bichitos, cuanto más lejos los mantengamos, mucho mejor. Los fertilizantes a base de algas ayudarán a que los insectos no se acerquen a la albahaca.