Pérdida de NUTRIENTES
Una vez que hemos diseñado y puesto en práctica un programa o estilo de vida de alimentación saludable y promovido la eliminación de toxinas del organismo, la nutrición ortomolecular es la herramienta para hacer una diferencia a favor de nuestra salud; mediante la suplementación de vitaminas, minerales, aminoácidos, enzimas o bioflavonoides, procuraremos brindarle al organismo las cantidades óptimas de nutrientes para su mejor desempeño.
Podríamos decir que, dentro de las escuelas de medicina biológica, la nutrición ortomolecular es la esfera no esencial de esta propuesta, pero que debido a nuestro actual estilo de vida, realmente puede hacer una gran diferencia a nuestro favor; tal vez, algún día, y debido a que hemos vuelto a vivir en armonía con la naturaleza y a producir alimentos sanos, podamos prescindir de los complementos nutricionales o recurrir a ellos en situaciones especiales y como estricto recurso terapéutico.
Cuando el establecimiento médico sostiene que podemos obtener todos los nutrientes de los alimentos, seguramente lo hace en relación con un mundo ideal, un mundo para el cual predican pero para el cual no siempre practican. En la actualidad, nuestros alimentos están degradados desde el momento mismo de la producción primaria en que son modificados genéticamente con consecuencias insospechadas y rociados con ingentes cantidades de agrotóxicos; y el camino recién empieza: en el trayecto hasta nuestra boca, refinación, aditivos, colorantes, conservantes, irradiación y un largo etcétera de procesos innecesarios, convertirán lo que potencialmente fue un alimento nutritivo en mera comida que satisface deseos sensuales y glotonería estimulada con estrategias de mercadotecnia.
A eso debemos agregarle que, debido al estrés, la polución, el uso de fármacos y otros adornos de la civilización, nuestras necesidades están muy incrementadas en relación, por ejemplo, con las de nuestros abuelos. ¡Nuestro balance nutricional es un desastre potencial y necesitamos reponer vitaminas, minerales y otros nutrientes! Tal vez, algún día –cuando nuestra civilización se base en los principios de la permacultura, nuestros alimentos sean producidos en forma agroecológica y el mercado en lugar de servirse de las personas sea un instrumento para servir a las personas–, la nutrición ortomolecular pueda considerarse una terapia alternativa de uso eventual y puntual; sin embargo, por ahora, y sobre todo si se desea prevenir o tratar una enfermedad degenerativa, probablemente debamos considerar seriamente tener un suplemento nutricional a mano. Mi sugerencia es buscar primero los nutrientes en los alimentos integrales y crudos, luego, recurrir a los alimentos más concentrados, como el polen, la spirulina, la alfalfa, entre tantos otros, y en última instancia y con un buen asesoramiento, a los complementos nutricionales de calidad, como los que conllevan sus nutrientes asimilados en levaduras, quelatados, con la menor cantidad de aditivos innecesarios y que incorporan recursos tecnológicos como la liberación lenta o la miscelización para su mejor metabolización.