Manos y pies calientes
5 estrategias y hábitos que mejoran la circulación y permiten no sentir entumecidas las extremidades cuando hace mucho frío
En los meses fríos tendemos a comer más y a hacer menos ejercicios, por lo que pueden aparecer molestias circulatorias como manos y pies fríos, retención de líquidos, pesadez de las piernas, aletargamiento y calambres nocturnos. Quienes sufren estos síntomas y también las personas que ya estén haciendo tratamientos para la circulación, se pueden beneficiar con estos consejos.
Menos sal y grasas
Uno de los factores que influyen negativamente sobre la circulación de la sangre es el contenido en sal de la dieta, un exceso de sodio puede relacionarse con trastornos circulatorios y de retención de líquidos. Conviene vigilar la cantidad de sal utilizada para la condimentación de los platos, así como no abusar de alimentos ricos en sodio (los snacks, los encurtidos, los quesos curados, fiambres, etc.). Otro aspecto crucial que influye es el contenido en grasas saturadas de los alimentos. Un consumo excesivo de alimentos ricos en grasa saturada tiende a aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol plasmáticos y aumenta la viscosidad de la sangre, lo que dificulta su circulación.
Más Omegas
La grasa poliinsaturada tiene la capacidad de disminuir la viscosidad de la sangre, por lo que favorece la corriente sanguínea. Este tipo de grasa se encuentra en los aceites de semillas (girasol, maíz, chía), los frutos secos y el pescado azul. Además, estas grasas aumentan el colesterol bueno y hacen que el colesterol malo no se acumule alrededor de las arterias, por lo que evitan la formación de placas en las paredes de los vasos sanguíneos.
Vegetales doble acción
Hortalizas y verduras, frutas frescas, cereales integrales, levadura de cerveza y legumbres son ricos en potasio. Este mineral tiene la propiedad de favorecer la eliminación del agua, por lo que es conveniente incluir en la dieta alimentos que contengan este mineral. Además, los alimentos vegetales son ricos en fibra, que facilita el buen tránsito intestinal, muy importante para tener buena circulación a la altura de la pelvis y evitar la presión intrabdominal. Los cítricos contienen en su hollejo sustancias que mejoran el tono venoso, conviene consumir la fruta entera.
Agua, té e infusiones
Cuando se presentan problemas de circulación, es importante además de llevar una dieta abundante en vegetales, aumentar el consumo de líquidos, aunque no tengamos tanta sed como cuando hace calor. El agua es la bebida más recomendable a la que se suman otras como los caldos de verduras. Otro modo de ingerir agua es en forma de infusiones: se aconsejan té rojo, diente de león, cola de caballo y uva ursi, de especiales propiedades para la circulación.
El movimiento es esencial
Activar la circulación es vital en tiempo frío. Hacer ejercicio habitualmente (caminar, nadar, correr), mover las piernas o acostarse con las piernas en alto unos minutos favorecen el retorno venoso y mejorar los síntomas asociados a una mala circulación. Si no tenés tiempo de hacer ejercicios todos los días, poné 10 minutos las piernas en alto, acostándote en el piso con las piernas verticales apoyadas en la pared. Hacelo una vez por día, esto bastará.