En la ventana, MACETAS
Sin terraza ni balcón, aún así podemos disfrutar de flores que embellezcan la fachada de nuestra casa. Basta escogerlas por textura, color y formato
No todo el mundo dispone de espacio en casa para cultivar plantas, muchos de ellos no tienen ni jardín ni terraza; sin embargo no debería ser impedimento para que los amantes de las plantas puedan tener, aunque más no sea unas pocas, en el hogar. Las ventanas siempre han sido un lugar muy apropiado para experimentar.
El primer paso para el jardinero de ventanas es elegir el contenedor en el que va a realizar el cultivo. Los maceteros rectangulares son la elección más idónea; así, en un solo recipiente, se puede disponer de un pequeño edén. Para no romper la simetría de la fachada y poder cuidar cómodamente de las plantas, el contenedor no debe ser mayor que el ancho de la ventana. Luego, procuraremos que disponga del drenaje adecuado y de no tenerlo, le practicaremos unos orificios al macetero.
En cuanto al material con que esté elaborado, dependerá de nuestro gusto y presupuesto. Desde los más sencillos y económicos de plástico, pasando por los de madera y barro, la elección está en manos del jardi- nero. Una vez cubierta esta etapa, pasaremos a la elección de las plantas que queremos cultivar. Esta se basará, ante todo, en la orientación de la ventana, pues, según la exposición al sol, cultivaremos unas plantas u otras. Pero hay que tener en cuenta la estética, así mezclaremos plantas de desarrollo vertical junto a otras de desarrollo horizontal. La forma de las hojas de cada especie que plantemos, así como el tipo de flores que produzcan, la forma y el colo, también son factores a tener en cuenta.
Procuraremos que nuestra combinación de plantas tenga una paleta combinada con los colores de la ventana y la fachada de la casa. Otro punto a considerar, cuando cultivamos distintas especies en un mismo recipiente, es que tengan las mismas o similares necesidades de aporte hídrico pues si hay mucha diferencia, unas plantas prosperarán y otras morirán.
En resumidas cuentas, forma, textura y color son los tres aspectos principales para que nuestras macetas de ventana formen una decoración armónica con el espacio en el que se hayan enmarcadas.