Ácaros en el gato
Suelen encontrarse en los jardines mal cuidados e infectar el oído de las mascotas. Cómo combatirlos.
¿Últimamente has notado que tu gato comienza a rascarse mucho o que se lame entre los dedos de sus patas con mucha más frecuencia e incluso que dentro de sus orejas tiene un líquido negro? Probablemente, tu gato esté infectado de ácaros y debés actuar rápidamente para evitar que se sigan extendiendo por su cuerpo.
El césped es uno de los lugares donde el animal puede contagiarse de parásitos, si está en contacto regular con un espacio verde mal cuidado. Los ácaros se pegan a la piel del gato para poder alimentarse con su sangre; se colocan en las zonas donde la piel es muy fina, como por ejemplo entre los dedos de los pies y las orejas. En ocasiones, también se encuentran en el interior de los muslos, así que si querés saber si tiene ácaros, esas son las zonas en las que debes buscar.
Eliminarlos es muy fácil, lo único que debés hacer es acudir a tu veterinario para que te mande un buen tratamiento. Para las zonas más complicadas de llegar deberás usar un spray para zonas sensibles.
Si no podés acudir al veterinario enseguida, te recomendamos un remedio casero; colocá una base de ajo bien triturado en una taza con aceite de oliva y dejalo toda la noche. A la mañana si- guiente, colocá unas gotas de aceite en las zonas en las que sepas que están los ácaros y no lo toques por unos minutos. Después limpiá con un algodón.
Los ácaros del oído producen irritación y comezón y el rascado puede causar problemas como infecciones en la piel o hinchazón de las orejas. Los ácaros provocan que el conducto auditivo produzca cantidades excesivas de cera. Esta cera, de color marrón oscuro o negro, puede verse como una suciedad en la oreja. Un gato con oídos sanos produce una mínima cantidad de cera. Si en la oreja ves algo que luzca como unos granos de café o manchas negras de suciedad, esto es señal de un posible problema de salud.
Observá si se rasca o agita la cabeza. Un gato que haya sufrido de ácaros en el oído durante mucho tiempo puede desarrollar pólipos inflamatorios (bultos o crecimientos anómalos) en los canales auditivos y ampollas con sangre en las orejas debido al roce y rascado constante.
Observa su postura, ya que cuando está afectado suele inclinar la cabeza hacia un lado. Este es un signo que no se limita sólo a los ácaros. Si lo hace frecuentemente, llevalo al veterinario.
La selamectina es un poderoso antiparasitario que ayuda a prevenir la infestación de ácaros, pulgas, gusanos del corazón (dirofilaria immitis) y algunos parásitos intestinales. Si tenés varios gatos, trátalos a todos con un antiparasitario a base de selamectina.
Las infecciones de oído por ácaros pueden ser graves si no se tratan, ocasionando daños en el canal auditivo y en el tímpano. Son muy contagiosas y pueden transmitirse de un gato a otro, de un gato a un perro y viceversa; pero no te preocupes, no pueden afectar los oídos de las personas.