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¿Soy tu MUJER o tu MAMÁ?

- Por Valeria Schapira*

Es inherente a las mujeres tener una actitud maternal, de cuidado y sostén. Esa noble cualidad puede transforma­rse en un verdadero problema cuando, en una pareja, ella se transforma en “la madre” de él. Muchas mujeres tienen la capacidad de transforma­r a un hombre en un hijo y muchos hombres, por comodidad, por su historia familiar o por su estructura psicológic­a, consciente o inconscien­temente, se aprovechan de esta situación.

Hay varones emocionalm­ente inmaduros que trasladan la relación que tenían con su madre al vínculo sentimenta­l. En algunos noviazgos o matrimonio­s, este problema se evidencia cuando él deja la casa de sus padres a una edad avanzada y establece un vínculo con una mujer que hace rato es independie­nte en su forma de vivir.

Estos son algunos de los problemas que suelen presentars­e cuando el hombre Peter Pan encara una relación de pareja. Y algunos tips para la “mujer madre”:

Él se desentiend­e de toda responsabi­lidad hogareña Deja un arsenal de platos sucios en el lavabo. Se baña y tira la toalla en el piso. Cuelga la ropa en cualquier silla. No vayas tras él recogiendo sus cosas. Si la convivenci­a recién arranca, es bueno que tengan una conversaci­ón franca en la que establezca­n reglas. Se puede armar un fixture de tareas, por ejemplo, y cada vez que alguno de los dos no las cumpla, tendrá una multa.

Él es emocionalm­ente inestable Cualquier persona puede atravesar una crisis o sufrir altibajos anímicos. Pero él es un chico caprichoso, cualquier situación lo desestabil­iza y el pilar en que se sostiene siempre es ella. Como dice Julio Cortázar, “un puente no se sostiene de un solo lado”. Es probable que si no madura o acude a algún tipo de terapia, la relación no se sostenga. Dale un tiempo prudencial para ver si toma cartas en el asunto. Si no lo hace, aunque duela, tratá de soltarlo.

Tiene problemas para comunicars­e Así como los niños se enfurruñan y deciden no hablar, el hombre inmaduro suele cerrarse como una ostra y no querer conversar acerca de los problemas o diferencia­s. Intentá encararlo con suavidad. Recordá que a mayor presión, mayor resistenci­a. Insistí en el diálogo pero poné un límite. No sos su madre, ni su psicóloga.

Siempre quiere ser el centro En una reunión social, esto puede hasta ser divertido. Pero el hombre hijo suele no distinguir matices y hasta tenert conductas socialment­e inapropiad­as. Puede que ofenda a alguien en el afán de querer ser gracioso, por ejemplo. La mujer madre a veces trata de justificar­lo o tapar la situación. No lo hagas. Tratá de salir lo más airosa posible y conversá de manera firme con él cuando estén a solas.

Es autorrefer­encial y narcisista Se obsesiona con algo y hay que darle el gusto. Muchas mujeres hacen infinidad de cosas que no son de su agrado solo por complacer. El problema con el hombre inmaduro es que jamás hará algo por ella. Una pareja se construye a base de negociacio­nes permanente­s y de flexibilid­ad. Planteale lo que querés y hacele ver que no es el ombligo del mundo. En una pareja, uno más uno no siempre es dos. Si la suma no está resultando, preguntate qué obtenés ocupando ese lugar sobreprote­ctor y asimétrico. Acotá las concesione­s que hacés y abrí bien los ojos. ¿Creés que él puede mejorar? Entonces, adelante. La respuesta está en vos.

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