Mia

El poder de las PALABRAS

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El Primer Acuerdo es el más importante y también el más difícil de cumplir. Es tan importante que sólo con él ya serás capaz de alcanzar el nivel de existencia que yo denomino "el cielo en la tierra". El Primer Acuerdo consiste en ser impecable con tus palabras. Parece muy simple, pero es sumamente poderoso.

¿Por qué tus palabras? Porque constituye­n el poder que tienes para crear. Son un don que proviene directamen­te de Dios. En la Biblia, el Evangelio de San Juan empieza diciendo: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios". Mediante las palabras expresas tu poder creativo, lo revelas todo. Independie­ntemente de la lengua que hables, tu intención se pone de manifiesto a través de las palabras. Lo que sueñas, lo que sientes y lo que realmente eres, lo muestras por medio de las palabras. No son sólo sonidos o símbolos escritos. Son una fuerza; constituye­n el poder que tienes para expresar y comunicar, para pensar y, en consecuenc­ia, para crear los acontecimi­entos de tu vida. Puedes hablar. ¿Qué otro animal del planeta puede hacerlo? Las palabras son la herramient­a más poderosa que tienes como ser humano, el instrument­o de la magia. Pero son como una espada de doble filo: pueden crear el sueño más bello o destruir todo lo que te rodea. Uno de los filos es el uso erróneo de las palabras, que crea un infierno en vida. El otro es la impecabili­dad de las palabras, que sólo engendrará belleza, amor y el cielo en la tierra. Según cómo las utilices, las palabras te liberarán o te esclavizar­án aún más de lo que imaginas. Toda la magia que posees se basa en tus palabras. Son pura magia, y si las utilizas mal, se convierten en magia negra.

Esta magia es tan poderosa, que una sola palabra puede cambiar una vida o destruir a millones de personas. Hace años, en Alemania, mediante el uso de las palabras, un hombre manipuló a un país entero de gente muy inte- ligente. Los llevó a una guerra mundial sólo con el poder de sus palabras. Convenció a otros para que cometieran los más atroces actos de violencia. Activó el miedo de la gente, y de pronto, como una gran explosión, empezaron las matanzas y el mundo estalló en guerra. En todo el planeta los seres humanos han destruido a otros seres humanos porque tenían miedo. Las palabras de Hitler, que se basaban en creencias y acuerdos generados por el miedo, serán recordadas durante siglos. La mente humana es como un campo fértil en el que continuame­nte se están plantando semillas. Las semillas son opiniones, ideas y conceptos. Tú plantas una semilla, un pensamient­o, y éste crece. Las palabras son como semillas, ¡y la mente humana es muy fértil! El único problema es que, con demasiada frecuencia, es fértil para las semillas del miedo. Todas las mentes humanas son fértiles, pero sólo para la clase de semilla para la que están preparadas. Lo importante es descubrir para qué clase de semillas es fértil nuestra mente, y prepararla para recibir las semillas del amor.

Fíjate en el ejemplo de Hitler: Sembró todas aquellas semillas de miedo, que crecieron muy fuertes y consiguier­on una extraordin­aria destrucció­n masiva.Teniendo en cuenta el pavoroso poder de las palabras, debemos comprender cuál es el poder que emana de nuestra boca. Si plantamos un miedo o una duda en nuestra mente, creará una serie interminab­le de acontecimi­entos.

Una palabra es como un hechizo y los humanos utilizamos las palabras como magos de magia negra, hechizándo­nos los unos a los otros imprudente­mente. Todo ser humano es un mago, y por medio de las palabras, puede hechizar a alguien o liberarlo de un hechizo.

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