Taekwondo y chikung para ganar en salud y mejores años BIENESTAR.
La práctica de técnicas adaptadas del taekwondo o el chikung es apta para todos, incluso frente a enfermedad, y han demostrado su poder sobre la salud, alargar los buenos años y cambiar el sedentarismo
Entre las muchas disciplinadas orientales que conocemos, tal vez sea sencillo separar las artes marciales de las técnicas orientadas a la salud. Así, mandamos a los chicos a aprender taekwondo para que sepan defenderse y nosotras vamos al parque a practicar con el grupo de chikung. Las artes marciales no parecen aptas para todos, desde lo físico o el concepto de lucha, así como las técnicas solo son pensadas para gente sana que quiere seguir estándolo. No es así.
"Taekwondo puede practicar todo el mundo, incluso a pesar de tener alguna limitación. Tanto personas que parecieran no tener facilidad para ningún deporte, son obesas, tienen capacidades diferentes, timidez o exaltación, en
las clases grupales como en las individuales, pueden lograr, en la medida de sus posibilidades, revertir o mejorar esas situaciones hasta donde sea posible. En mi experiencia, hasta ahora, siempre los resultados fueron satisfactorios", sostiene claramente Daniel Isola, sabonin (profesor), 7º Dan de taekwondo.
Un estudio realizado por el Colegio Americano de Medicina del Deporte corrobora la definición de Isola. La práctica de artes marciales ofrece beneficios físicos y mentales que van desde el incremento de la fuerza física y la capacidad anaeróbica, un mejor equilibrio corporal, flexibilidad muscular y actividad cardiorrespiratoria. Por supuesto, en personas sanas, niños y adolescentes, el aprendizaje y entrenamiento son los habituales. En los adultos sin entrenamiento previo, la tercera edad y quienes tienen límites físicos o mentales, los movimientos que se aprenden en este arte ayudan a ir mejorando aspectos de la enfermedad, a mantener la buena salud y a aumentar los años de mayor plenitud física y mental.
"Trabajo con personas desde los 5 hasta los 86 años. A medida que transcurrimos la vida, tenemos más limitaciones o problemas de salud. Por eso, mejorar la tonicidad muscular, la movilidad articular y elongar los músculos proporcionan el mejoramiento de la calidad de vida. Hace unos 30 años atrás, una mujer coreana de 72 años me pidió hacer "formas", lo que en el taekwondo significa movimientos preestablecidos que se van aprendiendo a medida que se avanza con los diferentes cinturones y con los que nos identificamos en el gimnasio). Cuando le pregunté por qué, me contestó que, de esa manera, haciéndolas lentamente, podía lograr mejorar su equilibrio, con el transporte del peso del cuerpo de una pierna a la otra, las fortalecía y su mente trabajaba al acordarse qué movimientos tenía que hacer para un lado y el otro, coordinando el trabajo de los miembros inferiores y superiores con mayor eficacia. Fue una gran lección de una alumna, gracias a la cual, comencé a buscar siempre lo más conveniente para cada alumno", cuenta Isola. Para el profesor, esta práctica con continuidad, contribuye al mejoramiento de las funciones del organismo. Aprender a desplazarse en todos los sentidos, coordinar, tranquilizarse, tener mayor seguridad sobre uno mismo y darle menor importancia a las agresiones que se sufren en una ciu-
dad grande cotidianamente son consecuencias que hacen a una autoestima más alta y una mejor calidad de
vida. "Tanto como defensa personal o terapéutica, este ejercicio nos permite trabajar la movilidad corporal, concentrarnos en lo que estamos haciendo, a quienes le cuesta la comunicación, logran
abrirse más y a las personalidades agresivas, poder controlar sus impulsos", explica Isola. Junto a alumnos, profesores y compañeros de gimnasio, también de otras artes y técnicas, Isola fue incorporando sistemas y formatos que puedan ayudar frente a diferentes problemas de salud o se adaptan a edades en las que no se busca defenderse de otros sino de la enfermedad. Hoy las usa y las mejora permanentemente a medida que las aplica. De allí, las posiciones sencillas que nos enseñó (ver recuadro), aptas para muchos y para hacer en casa, sencillas y muy saludables.