En la dulce espera
Es una etapa en que la perra necesita estar bien alimentada, por su salud y la de sus cachorros
Tener una mascota embarazada en casa conlleva una serie de cambios indispensables en su rutina; esto incluye el descanso, el ejercicio y, especialmente, la alimentación. Es un momento en que la futura mamá necesita incorporar una mayor cantidad de energía y de proteínas para poder llevar adelante un buen embarazo. En el caso que su dieta sea íntegramente casera, es necesario consultar con el veterinario. Sin embargo, cuando se basa en comida seca (balanceado), todo lo que necesita se encuentra presente en la fórmula para cachorros. Esta es más rica en nutrientes fundamentales, proporciona más energía que la comida pensada para adultos y es más fácil de digerir. Lo ideal es comenzar con esta dieta desde la 3 o 4 semana de gestación, para que no se debilite y, a la vez, genere buena leche materna.
El cambio de comida debe hacerse en forma paulatina y así darle tiempo al sis- tema digestivo a que se adapte. El cambio total entre uno y otro alimento debe llevar una semana, aproximadamente.
La porción debe mantenerse igual durante las primeras semanas de la gestación, incluso, es probable que se niegue a comer, ya que, como las mujeres, pueden sufrir náuseas o vómitos.
Pasado ese período, a partir de la quinta semana, es aconsejable aumentar las porciones, agregarle un poco más cada semana, hasta llegar a la novena semana; para ese momento deberá ser un tercio más que la normal. En esta última etapa es probable que tenga más apetito, de manera que también se debe controlar ese aspecto y así evitar la obesidad que podría dificultar el parto.
Cachorros
Una vez nacidos, es necesario continuar con el alimento formulado para cachorros , ya que posee mayor contenido calórico, los nutrientes añadidos le aportarán más resistencia y también la ayudarán a producir leche de alta calidad. Lo ideal es aumentar las porciones de dos a tres durante las semanas 1-3 de lactancia. En la cuarta semana, subir a cuatro comidas diarias.
De todas maneras, es necesario consultar con el veterinario para que ajuste las dosis, ya que todo depende de la cantidad de perritos que esté amamantando; en algunos casos es conveniente darle vía libre a la comida.
A medida que los cachorros se vayan destetando, la ingesta se debe reducir gradualmente, hasta alcanzar nuevamente las porciones previas a la gestación.
Cuando a los cachorros le crezcan los dientes de leche, es el momento de iniciarlos, de forma paulatina, en la alimentación sólida, con el mismo alimento que come su madre. De esta manera, se acostumbra a su futuro alimento y se aleja de la madre para que sus mamas no resulten dañadas.
En todo este proceso, el agua tiene tanta importancia como la comida, por lo cual es imprescindible que tenga acceso a un pote abundante de agua potable limpia y fresca en todo momento.
La alimentación es lo más importante, pero también es necesario que tanto la mamá como la cría estén en un lugar tranquilo, donde puedan alimentarse y descansar adecuadamente. De lo contrario, puede desencadenarse una situación de estrés que pone en peligro la salud de nuestras mascotas.