JARDÍN.
Además de embellecer y perfumar el jardín, se aprovechan sus maravillosos frutos. Las claves para cuidarlo
Limones todo el año
Existe una variedad de limonero que da frutos todo el año, se llama “de las cuatro estaciones”; se trata de un árbol cítrico perenne, es decir, que no pierde las hojas en invierno. Puede vivir alrededor de 70 años y alcanzar una altura límite de hasta 7 metros. Su flor, el azahar, nace de color rosa, pero al abrirse es magníficamente blanca y con un aroma increíble. Por sus características, tiene varias floraciones y frutos en distintos niveles de maduración a lo largo de los meses; sin embargo, para la primera cosecha es necesario esperar a que la planta tenga entre 1 y 3 años de vida. Crece muy bien en la tierra y también en grandes macetas sin demasiado sol, aunque su potencia y crecimiento puede disminuir.
Cuando se adquiera un limonero, lo mejor es elegir uno de 80 cm o más y, como se trata de una planta que crece a partir de un injerto, es mejor comprarlo en un vivero de confianza, que certifique que es compatible con la zona donde se colocará. Hay que determinar bien su destino final, de manera que no vuelva a trasladarse y permitirle un desarrollo tranquilo. Lo ideal es que esté en el sector más soleado o iluminado del patio o jardín. Plantarlo en suelos de tierra suelta, nunca en arcillosos y procurarle un buen drenaje.
Si se cultiva en maceta, esta debe ser grande, tener buen drenaje, mucha luz y tierra neutra orgánicamente enriquecida.
El riego debe ser abundante, ya que tiende a la sequedad y no hay que permitir que pierda su nivel de humedad, solamente en invierno se debe racionar el riego para evitar que se congele.
Cuidarlo del frío
Prefiere los climas templados, no resisten bien las temperaturas muy altas o muy bajas. Nunca debe exponerse a temperaturas inferiores a los 3 grados o a vientos muy fuertes, es muy sensible a estos factores externos. La recomendación es cubrirlo con una tela porosa que permita la respiración del árbol y mantenga la temperatura entre 17 y 28 grados, la ideal para su crecimiento. La tela garantiza, que se conserve un buen nivel de humedad, generada por la propia transpiración de la planta. Como todo cítrico, no se poda, simplemente se le quitan los frutos maduros o estropeados, las hojas y las ramas secas. Si ha crecido demasiado se puede podar levemente en primavera, pero únicamente si tiene más de 4 años.
Por último, son muy susceptibles a las plagas, por lo cual es necesario extremar los cuidados para evitar que se infesten de ellas; necesita ser fumigado con regularidad, ya que sus tiernos brotes pueden desaparecer en cuestión de horas. Es importante hacerlo luego de retirar los frutos para que éstos no absorban los químicos. De todas maneras es conveniente asesorarse con un especialista en el tema.