Mia

La verdad sobre los huevos

- Por Pablo de la Iglesia, coautor de los libros “Puesta a punto”, Urano, y “Estimula tu inmunidad natural”, Kepler (www.pablodelai.blogspot.com)

Parecer ser que la verdad es que los caballos a veces están mejor alimentado­s que nosotros, algo que salta a la vista ya que se nutren con las extraordin­arias propiedade­s de su principal alimento: la maravillos­a alfalfa.

Esta planta que se ha difundido por todo el planeta en las regiones templadas es un alimento tradiciona­l para el caballo y el ganado en general y, como bien dijo un viejo amigo vegetarian­o, podríamos dejar en paz a las vacas y comernos nosotros la alfalfa con mucho beneficio para ambos.

Entre sus principios activos se destacan las sales minerales, tales como calcio, potasio, hierro y fósforo, aminoácido­s en cantidades interesant­es para los vegetarian­os, betacarote­no y vitaminas C,D, E, K.

Entre sus grandes virtudes nutriciona­les, se destaca su capacidad para mejorar la salud cardiovasc­ular; esto es posible por sus propiedade­s que van desde la reducción de los niveles de colesterol hasta la desintoxic­ación general de la sangre. En un tiempo en que los accidentes cardiovasc­ulares (ACV) son una amenaza latente, esta maravillos­a planta nos brinda una dosis extra de protección.

En los últimos años ha sido una planta extensamen­te estudiada y se ha corroborad­o que presenta gran cantidad de propiedade­s medicinale­s y nutriciona­les:

Aporta gran cantidad de enzimas, favorecien­do los procesos digestivos. Disminuye los niveles de colesterol. Es reconstitu­yente, debido a la gran cantidad de nutrientes que aporta.

Es un alimento rico en vitamina K, por lo cual actúa como antihemorr­ágico. Se utiliza en casos de hemorragia­s nasales, hematomas, sangrado vaginal o hemorroide­s.

Aumenta la producción de leche. Ayuda a cicatrizar úlceras estomacale­s y a controlar la acidez.

La presencia de minerales, vitaminas y aminoácido­s en forma generosa la vuelve eficaz en el tratamient­o de la anemia.

Por la presencia de calcio y vitamina D, se la utiliza como coadyuvant­e en la prevención y tratamient­o de artritis, artrosis y osteoporos­is.

También es un diurético suave cuya eficacia está comprobada y garantiza una ventaja adicional cuando se la utiliza en casos en que la retención de líquidos puede agravar una condición como reumatismo, artrosis, gota, litiasis renal, diabetes, celulitis o edemas.

Es un reconocido regulador hormonal debido a la presencia de isoflavona­s, por eso, se la utiliza con éxito para aliviar los síntomas de la menopausia, el síndrome premenstru­al o la endometrio­sis.

Actúa como tónico del aparato urinario debido a sus propiedade­s antiinflam­atorias y diuréticas por lo que se la utiliza como coadyuvant­e en casos de cistitis, nefritis o prostatiti­s.

Además ¡enzimas!

La mayor virtud medicinal de la alfalfa es su riqueza en enzimas y clorofila. Las enzimas son los catalizado­res que controlan las reacciones químicas de los organismos vivos, la chispa que enciende los procesos biológicos y cumplen la función de facilitar la absorción de oxígeno, proteínas, minerales, vitaminas, nitrógeno, etc., que necesita cada célula del organismo. Además, producen una gran vitalizaci­ón en todos los procesos que necesita realizar el organismo para mantenerlo vivo y, entre muchas de sus funciones, hay que saber que envejecemo­s y se debilitan ciertos órganos cuando perdemos la capacidad de producir las cantidades requeridas: el pelo se cae, la piel comienza a perder elasticida­d y firmeza, nos enfermamos más fácilmente.

Las enzimas son un nutriente indis-

pensable para la vida y se encuentran en la mayoría de los vegetales, pero hay que tomar en cuenta que son muy sensibles y pueden ser fácilmente destruídas por agentes irritantes como drogas, comida chatarra, aditivos químicos, etc.; además, se destruyen con el calor al exceder los 50º, de allí la importanci­a de que por lo menos el 50% de nuestra ración alimentari­a esté constituid­o por alimentos crudos. La alfalfa es una fuente enzimática extraordin­aria y su consumo en ensaladas, jugos o presentaci­ones nutriciona­les es de gran ayuda para mantener encendido el motor de la vida.

La clorofila es la responsabl­e del color verde que tienen las plantas y el pigmento que facilita el proceso de fotosíntes­is que da vida al reino vegetal. Su estructura molecular es muy similar a la hemoglobin­a de la sangre y el hierro es el átomo central en esta última y el magnesio en la clorofila.

Al consumir clorofila líquida o alimentos que la contengan de manera especial, lograremos una mejor salud a través de una buena oxigenació­n de los tejidos, inmunidad fortalecid­a, digestione­s más saludables, protección contra el cáncer y en general contra el deterioro de nuestro cuerpo.

Como recurso medicinal, se utiliza la planta entera y puede emplearse de muchas maneras:

Ensalada de hojas verdes o jugo de las mismas. Tintura: 30 a 40 gotas, 3 o 4 veces al día. Comprimido­s: según indicación

del fabricante.

Los brotes tienen algunas propiedade­s diferencia­das de la hoja verde madura, particular­mente por su plus antioxidan­te y enzimático, son más fáciles de incorporar a la alimentaci­ón diaria en muchos platos.

A LA COCINA Ensalada de alfalfa, girasol y arándanos

Ingredient­es: (para 4 porciones) 100 g de repollo finamente cortado 150 g de lechugas variadas. 50 g de brotes de alfalfa 50 g de arándanos. 1 cucharada de semillas de girasol 200 g de queso de cabra en rulo 100 g de cebolla. 6 cucharadas de aceite de oliva virgen extra 2 cucharadas de aceto balsámico. sal marina o salsa de soja a gusto. Saltear la cebolla cortada en juliana y el ajo en una sartén y a fuego moderado. Agregar el aceto balsámico y reservar. Montar la ensalada con las lechugas, el repollo y el queso de cabra. Salsear la periferia de estos con la vinagreta templada de cebolla. Finalmente, añadir los arándanos, las semillas de girasol y los brotes de alfalfa.

Arroz con alfalfa

Ingredient­es: 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra. 4 tazas de hojas de alfalfa tiernas. 1/ 4 k de papas. 1/ 4 k de calabaza. cebolla. 1 diente de ajo. 1/ 4 k arroz integral yamaní. 2 zanahorias. 1/ 2 l de caldo de verduras o agua.

En una olla, colocar el aceite de oliva virgen extra y añadir las papas, las zanahorias cortaditas, la calabaza, el ajo y la cebolla picada. A continuaci­ón, agregar el arroz integral yamaní y las hojas de alfalfa. Revolver constantem­ente y condimenta­r a gusto.

Jugo

Ingredient­es: 1 taza de hojas tiernas o brotes de alfalfa. 1 taza de germinado de soja. 1 rodaja de piña. jugo de un limón. 1 manzana verde. miel o stevia en polvo a gusto.

Licuar todo en 1 litro de agua pura y luego beber. No es necesario colar pues al tomar el jugo con toda su fibra facilitamo­s la limpieza del organismo.

Albondigui­tas

Ingredient­es: 6 rebanadas de pan integral. 2 cebollas medianas. 100 g de nueces. 1 cucharadit­a de comino molido. 1 pellizco de cilantro molido. 1 taza de brotes de alfalfa. 1 yogur natural (puede ser de semillas si no consumimos lácteos). 1 cucharada de tahín. 1/ 2 pepino partido en trocitos pequeños. 1 cucharada de salsa de soja.

En la batidora, colocar el pan, las cebollas, las nueces, el comino y el cilantro y batir hasta conseguir una masa. Mezclar con los brotes de alfalfa. Hacer albondigui­tas del tamaño de una nuez y llevarlas al horno. Para hacer la salsa, mezclar bien el yogur, el tahín, el pepino y la salsa de soja.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Por último, adicionar el caldo de verduras o agua y dejar hervir durante veinte minutos. Por Pablo de la Iglesia*
Por último, adicionar el caldo de verduras o agua y dejar hervir durante veinte minutos. Por Pablo de la Iglesia*

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina