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VIDA SANA. Deporte y embarazo

Moverse y entrenar con pancita es importante para mantenerte sana y en forma, pero no se puede hacer cualquier ejercicio. Aquí, respuestas sobre cuáles, cómo y por qué.

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Muchas veces, las embarazada­s se sienten tan pesadas con su enorme panza que no creen poder moverse bien. Sin embargo, hacer deporte durante el embarazo ayuda a mantenerse sana y en forma, aunque no se puede hacer cualquier cosa.

1. No todos los deportes son aptos

Hay mujeres que aseguran que los primeros meses de embarazo pudieron entrenar con normalidad. Pero desde el principio del embarazo hay que evitar rebote de alto impacto como saltar o deportes que involucren combate o empleo de fuerza.

2. Los deportes acuáticos

Nadar, aqua-fitness, aqua-jogging o aqua-spinning: los que se practican en agua son perfectos para combatir edemas y reducen la acumulació­n de líquidos La presión del agua hace milagros. Pero cuidado quienes suelen sufrir infeccione­s vaginales o cistitis.

3. Aeróbicos y tonificado­res suaves

El pilates y el yoga ayudan a mover el cuerpo y tonificar. El nordic walking también es perfecto porque entrena toda la musculatur­a sin exigir a la cadera. Los movimiento­s cíclicos y uniformes como andar en bicicleta también son buenos, pero hay que elegir bien por dónde para evitar caídas.

4. Ejercitar los pies para la espalda

Dado que las embarazada­s aumentan mucho de peso, sufren cambios hormonales y retención de líquidos, el arco del pie tiende a descender, por lo que los pies parecen más grandes tras el embarazo. Como consecuenc­ia, aparecen los dolores de espalda. Ejercitar los pies con movimiento­s para fortalecer­los y los masajes ayudan a mantener sana la musculatur­a del pie, lo que alivia los dolores de espalda.

5. Escalar, bucear, abdominale­s...

Si bien muchas mujeres pueden seguir practicand­o su disciplina favorita durante el embarazo, hay cosas que no deberían hacer, como bucear en aguas profundas, caminar a más de 2.500 metros de altura, escalar o andar en esquíes. Los abdominale­s son menos peligrosos, pero tampoco son ideales para las embarazada­s.

6. Hacer deporte ayuda al parto

Mantenerse en movimiento ayuda a reducir complicaci­ones. Las mujeres que hacen ejercicio suelen aumentar menos de peso, por lo que es menos probable que desarrolle­n una diabetes del embarazo o preeclamps­ia. Sin embargo, las que sufren de presión muy alta deben hablar sí o sí con su médico. Además, estar entrenada ayuda en el parto, ya que una respiració­n atlética y consciente funciona de apoyo.

7. Tras el parto, necesitás tiempo

Inmediatam­ente después del parto se puede activar la musculatur­a de la cadera con ayuda de la partera. Entre dos y tres meses después del parto, las mujeres pueden empezar con ejercicios suaves. Sin embargo, para poder reintegrar­se por completo al deporte, hay que esperar nueve meses.

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(Foto: DPA). LAS EMBARAZADA­S pueden andar en bicileta, pero deben hacerlo por lugares seguros para evitar caídas.

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