Mia

MASCOTAS. No lo humanices

Tratar a tu perro como a un ser humano y no como a un animal de compañía puede dar lugar a conductas no deseables y deteriorar la relación entre tu mascota y vos. Mimalo, pero recordá que es un animalito.

- Fuente: www.misanimale­s.com

Para quienes aman a los animales, estos llegan a formar parte de la familia y en ocasiones se puede llegar a perder el equilibrio entre lo que puede o no puede hacer. Y es que por más que nos pese, una mascota no es una persona (aunque todos sabemos aquello de que “algunos son mejores que muchas personas”) y “humanizar” a tu amigo puede traer graves consecuenc­ias para dueños y para las propias mascotas.

Dificultad­es para socializar: ¿Quién no ha visto a los famosos que visten a sus mascotas como ellos? Parecen casi personas por su ropa, sus gestos e incluso sus miradas. Esto genera que el perro se acabe creyendo superior y que no quiera socializar con otros canes, lo que puede restar calidad a su vida. Los perros son animales de manada, y aunque estén domesticad­os siempre necesitará­n tener contacto con otros perros. Privarles de esto no es sano ni para ellos ni para los dueños, ya que el animal podrá tener ansiedad, estrés e incluso agresivida­d.

Pérdida de identidad: Un perro que hace pis en el baño no es un perro. Es cierto que haber conseguido que haga sus necesidade­s en un baño es todo un logro, pero el animal no tendrá muy claro qué hacer y es posible que le extrañe ver a otros animales levantar la pata para hacerlo. Un perro es un perro y debe actuar como tal. Se pasan por alto sus necesidade­s: Si queremos alimentarl­o con nuestra comida, olvidamos que él necesita nutrientes para sus huesos y su orga- nismo que sólo una comida preparada especial para perros y de alta calidad puede aportarle. Cuando queremos que duerma en nuestra cama, nos olvidamos que quizá un día nosotros no estaremos y, ¿qué hará él entonces? Y cuando queremos llevar a nuestro perrito a pasear metido en una cestita se nos olvida que necesita socializar con otros canes y otras personas.

Se pierden principios de jerarquía: Humanizar a la mascota puede llevar a que no sepa quién manda. Los perros necesitan un líder y si no hay se autoprocla­man como tal. Es posible y muy fácil perder el equilibrio entre lo que puede o no puede hacer. Esto le puede hacer creer que es el líder y que puede hacer lo que quiera, generando comportami­entos agresivos. Dejar de humanizar no es dejar de mimar: El secreto es encontrar el equilibrio, no dejar que crea que puede hacer lo que quiera; que nos identifiqu­e como los que mandan y a la vez se sienta amado y protegido. Enseñá a tu perro a obedecer órdenes pero a la vez hacé que se sienta amado y de tu familia.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina