MASCOTAS.
Otoño, hojas y pelos
Cada cambio de estación representa un nuevo desafío en la salud de nuestras mascotas. La llegada del otoño no es la excepción. Mayor concentración de polvo y alérgenos en el ambiente, pasar más tiempo solos y la mayor amplitud térmica a lo largo del día, son apenas algunos de los factores que ponen en riesgo al sistema inmune de perros y gatos. Conocer las alteraciones que pueden ponerse en evidencia durante el otoño es el primer paso para prevenirlas.
Alergias
Las alergias tienen diversas formas de manifestarse. ¨Por ejemplo, tal como sucede en humanos, a nivel de la piel se expresan como Dermatitis Atópica y a nivel respiratorio, como Asma. Lo cierto es que en las mascotas, las alergias también pueden reagudizarse durante el otoño, por múltiples motivos. La presencia de hojas en el suelo y su barrido incrementa la cantidad de polvo en suspensión. Esto, sumado a la mayor permanencia de las mascotas en lugares cerrados y/o calefaccionados, incrementa la cantidad de alérgenos en el ambiente y la probabilidad de problemas dermatológicos o respiratorios como el asma en los gatos, o la traqueobronquitis en los perros¨, explica la médica veterinaria María Belén Villar del Laboratorio Labyes. Además, el tiempo húmedo y templado es propicio para el desarrollo de virus y bacterias, que pueden desencadenar o agravar cualquier síntoma inicial, tanto en la piel como provenientes de la vía aérea.
Para minimizar los riesgos de que se presenten, lo más importante es:
✔ Actualizar el plan de vacunas contra enfermedades respiratorias.
✔ Mantener los ambientes ventilados en las horas más cálidas del día.
✔ Evitar los cambios bruscos de temperatura.
✔ Limpiar los filtros del aire acondicionado y boquillas de los calefactores. ✔ Aspirar las alfombras y mantas.
✔ Barrer, preferentemente, humedeciendo la superficie a limpiar para minimizar la volatilización del polvo y alérgenos en el ambiente.
Ante síntomas dermatológicos (picazón, falta de pelo, zonas enrojecidas, etc.) o respiratorios (tos, estornudos, secreción nasal, etc.), lo mejor es consultar de inmediato con el médico veterinario de tu mascota.
Las parasitosis externas
En general, durante el verano nos preocupamos por las pulgas y garra-
patas y desparasitamos a nuestras mascotas. Sin embargo, es frecuente que, con temperaturas más bajas, nos olvidemos de los parásitos externos, aunque ellos no tarden en hacerse notar. Basta con calefaccionar el ambiente para que se pongan en evidencia, principalmente las pulgas. ¨Por ello, debemos continuar desparasitando a nuestros perros y gatos durante todo el año¨, sugiere la especialista.
La caída del pelo
Es normal que durante el otoño ocurra la muda estacional de pelo, esto es: el cambio del pelaje de verano por uno más denso y adecuado para los meses fríos. Dependerá de su genética, sin embargo la mayoría de los animales presentan estos cambios, por lo cual ¡paciencia! Cepillarlos con frecuencia y aplicar, en forma semanal, ampollas nutritivas para barrera cutánea, ayudará a que presenten un pelaje más saludable en menor tiempo.
Cambios de comportamiento
Los momentos de estar más tiempo en casa, gente que va y viene, ratos de paseos y juegos, se empiezan a acortar y todo se vuelve “más tranquilo”, al menos puertas adentro. Es por ello que las mascotas pueden presentar cambios de comportamiento relacionados a la ansiedad que les genera el hecho de estar más tiempo solos y aburridos. Se lamen zonas del cuerpo o ladran de manera excesiva; destrozan cosas o hacen sus necesidades en lugares poco habituales, son sólo algunos ejemplos. Cuando las horas de trabajo o estudio terminen, estimular el juego en tu gato o salir a pasear con tu perro, lo ayudará a que se adapte mejor mientras no estés.
En definitiva, el otoño es una estación más y la vuelta a la rutina es inminente pero, si consideras todos los desafíos que tu mascota debe atravesar, comprenderás por qué no es conveniente estar menos atento.
Mantener los ambientes ventilados en las horas más cálidas del día