Mundo D

Pero el amor es más fuerte

Juan Carlos Olave se despidió del Pirata ante 40 mil personas que le tributaron todo su afecto en un Mario Kempes emocionado y que dejaron de lado una nueva derrota del equipo.

- Pablo Giletta pgiletta@lavozdelin­terior.com.ar

on el número 1...”. La “voz del estadio” no alcanzó a completar la frase y tuvo que interrumpi­r su alocución para dejarle lugar a la ovación, que copó el espacio en el Kempes. Y fue apenas una entre tantas que intentaron expresar el afecto popular a Juan Carlos Olave y, al mismo tiempo, disimular el enorme vacío que deja en Belgrano su despedida.

Antes, cuando el arquero salió a hacer el calentamie­nto previo, había pasado algo parecido. Y lo mismo sucedería en cada uno de los homenajes que recibió antes, durante y después del partido que la “B” perdió 2-0 ante Rosario Central, por la 14ª fecha.

Los chicos de las escuelitas de fútbol de Belgrano hicieron un túnel para recibirlo. Y de allí emergió Juan Carlos, envuelto en el calor de los aplausos de 40 mil piratas que fueron a decirle “gracias”.

Antes del ritual que ayer ensayó por última vez, apoyando su rodilla izquierda en el cielo y emitiendo una plegaria, el histórico arquero de Belgrano recibió una plaqueta por los 382 partidos en el club y vio como las pantallas de las cabeceras emitían un emotivo video que lo homenajeab­a.

Pero lo más difícil llegaría con el partido iniciado. Cuando fue a ocupar el arco que da a la popular Artime, la hinchada pirata lo recibió con un hit a la medida: “Muchas gracias Olave, muchas gracias Olave... Vos dejaste la vida por esta camiseta, le enseñaste a los ‘giles’ como se la respeta, como se la respeta”, le cantaron al compás del clásico “Todavía Cantamos”, de Víctor Heredia. El arquero se quebró. Lo mismo sucedería cuando se jugaba el minuto 24 del comple- mento y todo el estadio se puso de pie para ovacionarl­o, recordando aquel histórico penal que le atajó a Pavone en el Monumental, el día del ascenso.

Poco –casi nada– importó el resultado. Belgrano volvió a dejar una imagen indescifra­ble, como el dibujo que mostraba la malograda gramilla de un estadio impresenta­ble. La atención seguía puesta en Olave, que con lágrimas en los ojos tomó el micrófono y le habló a la gente, mientras se reencontra­ba con su familia. “No sé si soy merecedor de todo esto. Es una decisión muy difícil. Me hubiera gustado dar un poco más y haberles regalado el sueño que todos tenemos, pero confío en que va a llegar pronto. Yo di todo lo que tenía. A esta camiseta la quise y la voy a seguir queriendo. Los jugadores pasamos, pero Belgrano siempre será lo más importante”, dijo y la emoción se apoderó de varios.

También dejó un mensaje cuando fue invitado a hablar de su futuro: “Estaré siempre tratando de que el club crezca, desde el lugar que me toque. Necesitamo­s juntarnos; no dividirnos”.

“Juanca” Olave no había tenido nada que hacer en los goles de Rosario Central, pero otra vez fue gigante para Belgrano: logró disimular, entre tanto aplauso y ovación, que el Pirata acababa de cerrar su peor año en Primera División, con un semestre sin triunfos como local, una campaña que empieza a condiciona­r su futuro y un destino incierto, a juzgar por la falta de respuestas adentro y afuera del terreno de juego.

“Soy uno más de todos estos locos que no dejan nunca en banda a Belgrano. Tengan fe. Vamos a salir adelante porque esta hinchada no se compara, hermano”. La última frase de “Juanca” tuvo un condimento casi místico que encendió a la tribuna. Pero, desde una mirada estrictame­nte racional, es inevitable preguntars­e si a Belgrano le alcanzará con su gente.

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 ?? (RAMIRO PEREYRA) ?? Referentes. “Juanca” le parece decir a Matías Suárez que a partir del año que viene trate de levantar esta mala campaña del equipo.
(RAMIRO PEREYRA) Referentes. “Juanca” le parece decir a Matías Suárez que a partir del año que viene trate de levantar esta mala campaña del equipo.
 ?? (RAMIRO PEREYRA) ?? Abrazo del alma. Arantza, la hija de “Juanca”, y Ariana, la esposa, abrazan al “1”. Felicidad pura.
(RAMIRO PEREYRA) Abrazo del alma. Arantza, la hija de “Juanca”, y Ariana, la esposa, abrazan al “1”. Felicidad pura.
 ?? (RAMIRO PEREYRA) ?? La familia. “Juanca”, emocionado, junto con sus padres “Kika” y Carlos y el resto de la familia.
(RAMIRO PEREYRA) La familia. “Juanca”, emocionado, junto con sus padres “Kika” y Carlos y el resto de la familia.

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