Se dice de mí...
“Mi sueño es dirigir a Argentina, siento que tengo que ir”, aseguró ayer el entrenador que hoy se despedirá del Sevilla.
Se dice que Jorge Sampaoli es el entrenador del equipo nacional, aunque aún no es oficial. Se dice que él armó la lista de convocados con Icardi y con otras sorpresas, pero la AFA firmó la citación. Se dice que hoy dirige su último partido con el Sevilla y luego encarará “el sueño de su vida”. Así arranca una nueva era en la selección argentina.
Jorge Sampaoli tiene 35 años y un look similar al “Indio” Solari. Es el entrenador de Alumni de Casilda, en la Liga Casildense, un pequeño torneo regional en la provincia de Santa Fe.
Tras fracasar por una lesión en su rodilla en su intento de ser jugador profesional, está iniciando su carrera como técnico. Y tras ser expulsado por protestar al árbitro, termina dirigiendo a sus futbolistas trepado a un árbol.
La foto fue tomada por Sergio Toriggino, un fotógrafo del diario
La Capital de Rosario. Sólo ese joven y apasionado Jorge Sampaoli podría haber imaginado que un día ese mismo entrenador trepado a un árbol llegaría a ser técnico de la selección argentina de fútbol.
En una carrera poco común y sin dirigir prácticamente en el fútbol argentino, ayer finalmente el propio Sampaoli confirmó lo que se presumía: asumirá el gran desafío de su vida, movido por un fuerte deseo y su corazón.
“Cada ser humano tiene un sueño y el mío es dirigir la selección de mi país. Aunque altere mi camino como entrenador y no pueda dirigir ligas como disfruté este año, siento que tengo que ir. Ante la necesidad de mi país tengo que estar”, manifestó Sampaoli en la que seguramente fue su última conferencia de prensa como conductor del Sevilla de España.
Cumplido su objetivo de mínima de dejar a su actual equipo en la instancia de clasificación a la próxima Champions League, el casildense se atrevió a exponer su máximo deseo, el que no pudo cumplir en los albores de la presente temporada porque días antes de la renuncia de Gerardo Martino, antecesor de Bauza, había rubricado su vínculo con Sevilla y su cláusula de salida era demasiado elevada para las devaluadas arcas del fútbol argentino.
“Hoy sí me puedo sentar a evaluar porque ya se cumplió el objetivo”, subrayó, y agregó: “Se termina una etapa, se abre de nuevo una posibilidad que ya no esperaba y lo tengo que afrontar como un compromiso que, como argentino, no me permitiría rechazarlo”.
Sampaoli reiteró que su salida de Sevilla depende de un acuerdo entre ese club y la AFA que no debería tener problemas en concretarse, aunque igualmente puso el foco en las “aristas” de su contrato que le permiten interrumpirlo y dejó en claro su postura: “Siento que sólo dejaría mi carrera y todo lo que hice para llegar a dirigir en una de las mejores ligas por irme con la selección de mi país, es algo que ahora no podría rechazar”.
Un largo camino
Sampaoli cimentó su carrera en diferentes clubes de sudamérica. Trabajó en Perú (Juan Aurich, Sport Boys, Bolognesi y Sporting Cristal), Ecuador (Emelec) y Chile (O’Higgins y la “U”).
Justamente en Chile le llegaría la gran chance al asumir la selección de ese país, donde hizo historia y consiguió la Copa América.
Eso lo transportó a la Liga de España y al Sevilla, al que dejará por el llamado de la AFA.
“Más allá de que las especulaciones mediáticas digan que me he manejado a escondidas, no he necesitado eso, me he manejado con total claridad y transparencia con el club durante todo el año”, explicó. Sampaoli dejó en claro que no se privará de tener una despedida del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, hoy ante Osasuna en el último encuentro de una liga en la que disputó 37 partidos en la Liga y dejó un saldo de 20 victorias, nueve empates y ocho derrotas. Le llegó el momento de cumplir el gran sueño de su vida.