El fútbol que no para
Más allá de los escritorios, el juego más popular viene expresando una evolución permanente de la que casino se habla.
En tiempos en que las discusiones de fútbol pasan más por la coyuntura que por el juego, no está de más echar un vistazo a la evolución que el más popular de los deportes ha tenido en el terreno, más allá de que pueda ponerse en (estéril) discusión si el espectáculo que se ofrece en las canchas argentinas y del mundo era más atractivo antes que ahora.
Con la confirmación de Jorge Sampaoli como nuevo entrenador de la selección argentina y su primera lista de convocados, se viene otro sistema de juego para el equipo nacional. El nuevo DT vendrá con su “librito” y sus gustos.
Más allá de eso, corresponde hablar de “evolución”. Si tenemos la chance de observar con ojo crítico cualquier partido de la década del ’90, seguramente percibiremos una multiplicidad de errores. Básicamente, espacios que son descuidados y desequilibrios varios que resultaron del “paradigma científico”, que priorizó ampliamente la preparación física y los sistemas rígidos. De allí que las pretemporadas, con la idea de “hacer una base física para todo el año”, fueran un período en el que la pelota era un elemento casi ausente. Y, después, una vez que se producía el “atleta”, el tema pasaba por encontrarle una función específica y perfectamente deli- mitada. Si aquél fútbol aún despierta romanticismo en algunos es porque, afortunadamente, terminaban marcando la diferencia los pocos que tenían la impronta necesaria para salirse del molde. Es probable que eso explique la proliferación de “ídolos”, que ya no son tan comunes.
Pero, desde hace un tiempo, la mentalidad de la mayoría de los entrenadores cambió. Se terminó el “fundamentalismo” que no tenía en cuenta las particularidades de cada jugador y ya no se explican los sistemas (cómo se ubican los jugadores, a priori, en el terreno) sin la táctica (el movimiento que se le da al sistema y lo vuelve flexible) y la estrategia (acciones o movimientos tendientes a aprovechar los detalles o circunstancias, durante el juego, para sorprender al rival).
Vale la pena detenernos a analizarlos para entender de dónde venimos y adónde vamos.
“La pólvora” ya se inventó
Empecemos por analizar la dimensión estática, el sistema puro. ¿Hay algo realmente nuevo o asistimos a un retorno a sistemas “históricos”? De arranque, resulta llamativo que varios equipos, entre ellos Talleres e Independiente de Ariel Holan, pongan en cancha tres delanteros. El 4-3-3 nació en la década del ’30 y Brasil fue campeón mundial en 1962 jugando de esa manera. Hasta bien entrados los ’80 fue un sistema muy utilizado. Las diferencias están en la táctica: hoy a los delanteros