La Gloria no supo qué hacer con un jugador más
El Albirrojo jugó 40 minutos del complemento con un hombre más, pero no pudo vulnerar a un Almagro que se “atrincheró”. El local se llevó demasiado premio.
Francisco Grahl a los 4 minutos del complemento. Almagro armó dos líneas de cuatro, le entregó el balón y la iniciativa a Instituto y sin sonrojarse se atrincheró para defender el 1-0 que había conseguido a los 19 minutos del primer tiempo con un gol de Emmanuel Barbosa y soportar el bombardeo de Instituto.
En verdad, no hubo relación entre el dominio absoluto que ejerció la Gloria en ese segundo tiempo y la cantidad de situaciones de apremio que verdaderamente generó. Y ese desequilibrio sumado a las diferentes circunstancias que el juego le fue presentando, forzó al entrenador Claudio Demaría a retocar permanentemente los esquemas.
Instituto arrancó con un 4-1-3-2 con Facundo Castelli acompañándolo arriba a Gustavo Gotti. De regreso para el segundo tiempo, Matías Nizzo ingresó por Castelli para reforzar la media cancha y se volvió al 4-1-4-1 clásico con el que Demaría inició su ciclo. A los 16 minutos, Pablo Magnin entró por Ignacio Antonio y de nuevo, se armó el 4-1-3-2 con Nizzo delante de la línea de cuatro y Magnin en el ataque. Y para el último cuarto de hora, entró Diego Jara, salió Gastón Yabale y la Gloria defendió con tres y atacó con otros tres (Jara, Gotti y Magnin).
Pero no hubo caso. Almagro, pese a todo, fue inconmovible. Y en tiempo de descuento, Adrián Iglesias, en un contraataque aislado, anotó el 2-0. Demasiado premio para la mentalidad utilitaria de Almagro. Mucho castigo para la impotencia de Instituto.