La marea blanquinegra y un aguante sin igual en San Isidro

“No nos dejaron entrar bengalas, humo ni serpentinas”, se quejaba un simpatizante de Tala, mientras las gotas de transpiración le borraban la pintura blanca y negra de su cara y se acomodaba una peluca. Fue de los primeros en entrar a la coqueta cancha del Casi. De las casi cinco mil personas que invadieron las instalaciones de la Academia, en el corazón de San Isidro, más de 1.300 pertenecían al club de Villa Warcalde. Más allá del resultado, lo de la gente de Tala fue tan conmovedor como digno de quedar en los libros de historia. Todas las divisiones de Infantiles (de la Menores de 14 para abajo) dijeron presente, además de buena parte de los Juveniles, entrenadores, dirigentes, padres y exjugadores. “Está todo el club”, fue el comentario recurrente entre los cordobeses, que disfrutaron de una tarde espléndida en cuanto al clima. Gracias a la buena relación entre ambas instituciones, los más chicos fueron alojados por sus pares de Hindú, con quienes jugaron el viernes y ayer por la mañana. “Lo de estos cordobeses es impresionante. Se merecen pelear este torneo”, contó luego del partido Santiago Fernández, una de las figuras del equipo campeón. Al final del partido, la marea blanquinegra se mantuvo estoica en la tribuna. Algunos intentaban ocultar sus lágrimas, mientras otros no paraban de cantar. Eso sí, cuando los jugadores subieron para agradecerles el apoyo, todos fueron a abrazarlos.

Triunfo preliminar

La final del Nacional de Clubes tuvo un preliminar de lujo: Argentina XV se impuso 45-24 sobre Toulon de Francia. En el conjunto albiceleste tuvo su estreno Diego Galetto, el segunda línea de Urú Curé, quien hizo un buen partido, mientras que Fernando Luna ingresó desde el banco de suplentes.