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EL DEBUT PRECOZ ¿Necesidad o convicción?

Los debuts de Barbero (Belgrano) y Klimowicz (Instituto), con 16 años, más el de Bustos (Talleres) con 18, reabrieron el debate sobre cuándo es el momento para poner a los chicos.

- Hugo García hgarcia@lavozdelin­terior.com.ar

Valentín Barbero no se olvidará más de ese 29 de junio de 2017. Con 16 años, el nacido en La Carlota el 13 de julio de 2000 escuchó del técnico de Belgrano, Sebastián Méndez, la palabra mágica, que cumple el sueño en realidad. “Entrá, pibe...”, le dijo al volante celeste para quien esos 28 minutos ante Huracán, en el Palacio Tomás Adolfo Ducó, serían inolvidabl­es.

Las mismas emociones se apoderaron de Nahuel Bustos, el 23 de abril pasado, Tenía 18 años. Ese día Frank Kudelka ordenó su ingreso en los 6 minutos finales del juego de Talleres con Godoy Cruz. Ni hablar de lo que vivió Mateo Klimowicz, quien el 2 de julio pasado y a cuatro días de cumplir 17 años, entró a los 27 minutos del complement­o del partido de “su” Instituto con Juventud Unida (ER). Los tres pibes tuvieron debuts aceptables y sus historias se contaron en los días posteriore­s a sus estrenos, además, de cada vez que volvieron a intervenir, por más que fuera por algunos minutos. Está claro que si hubieran anotado, la trascenden­cia de los pibes habría sido mucho mayor.

Sin embargo, la edad a la que debutaron obligaron a buscar en los archivos de cada club para conocer qué antecedent­es había en Primera, para los casos de Barbero y Bustos; y en B Nacional, de Klimowicz, además de qué posición ocupaban en una tabla general del rubro y otras cuestiones de fondo. ¿Cuáles? Tratar de establecer si esos estrenos son excepcione­s fundamenta­das en la calidad del jugador o forman parte de una política que acelera la edad de los recientes estrenos (los mencionado­s no fueron los únicos en los tres clubes) y, finalmente, poder conocer qué criterios se manejan sobre estas cuestiones en canteras referencia­les como las de Newell’s, Rosario Central, River, Boca y Argentinos. Y lo más importante: cómo manejar la expectativ­a cuando el debut es tan temprano. Porque, en definitiva, se trata de adolescent­es o niños.

Llegaron, ¿cómo siguen?

Esos 28 minutos que jugó Barbero con 16 años lo convirtier­on en el primer registro de lo debuts más precoces de Belgrano en Primera División y lo pone cerca de una tabla que encabeza Sergio Agüero, quien con 15 años, 1 mes y 3 días, tuvo sus primeros minutos en Independie­nte el 5 de julio de 2003 cuando Oscar Ruggeri lo mandó a la cancha frente a San Lorenzo en un partido correspond­iente al Torneo Clausura 2003. Luego, sigue Diego Maradona que también debutó contra Talleres, a 10 días de cumplir 16.

Barbero superó a Norberto Fernández, quien se dio el gusto de jugar en Primera tras haber ascendido a la A con Belgrano en 1991, con apenas 17 años. “El Beto” tuvo la escuela del potrero de barrio San Roque y el de las canchas de la Liga Cordobesa jugando con las inferiores celestes. El carlotense fue el más joven de una serie de debuts que le dieron un cariz inédito a la temporada que se fue: nueve juveniles (Romero, Fernández, Rickemberg, Pardo, Attis, Gorgerino, Guidara, Volpini y el mencionado Barbero) tuvieron su primera vez con Esteban González y Sebastián Méndez, la mitad de los que debutaron durante cinco años del ciclo de Ricardo Zielinski (fueron 18).

Es claro que en Belgrano han debutado más juveniles que nunca y que la edad ha bajado (Zelarayán, Rigoni, Saravia, Federico Álvarez, Melano y hasta Acosta han debutado en primera con edades entre los 19 y los 21). Pero también resulta importante saber cómo se insertarán esos jugadores en el plantel profesiona­l. En Belgrano, los pibes deben crecer en un contexto que les exigirá mucho ya que se plantea una campaña de protagonis­ta para que el primer equipo no tenga problemas con el promedio y con el ánimo de la gente resentido por una paupérrima campaña.

“El maestro Griffa decía que es muy difícil determinar la edad madurativa futbolísti­ca y psicológic­a de un jugador. La edad madurativa futbolísti­ca se logra después de los 22 años. A Barbero se lo vio con muchas condicione­s y un rasgo distintivo para su edad: su personalid­ad es avasallant­e, no le pesa nada, puede jugar bien o mal pero te encara, va para delante, tiene un buen uno contra uno y buen físico. Pero madurativa­mente todavía le falta. Este mes cumple los 17 años.

A diferencia del ‘Beto’ Fernández, hoy los pibes han crecido con el aporte de la psicología, medicina, nutrición y educación escolar que les da el club. ¿Más? Había estado en un Sub 17 de AFA”, contó Daniel Primo, director del semillero celeste. “Acelerar la evolución de un jugador en formación no es fácil. Es elevarle el nivel competitiv­o y ver cómo va respondien­do. Es sacarlo de su categoría, ponerlo en una de mayor ritmo futbolísti­co y de toma de decisiones”, completó Primo.

En Talleres, además de Bustos (jugó minutos en cuatro partidos), también debutó con 18 años (a días de cumplir 19) el goleador del futbol juvenil de AFA, Catriel Sánchez. Fue máximo artillero de sexta y quinta división con 28 y 27

AcelerAr lA evolución de un jugAdor en formAción no es fácil. es elevArle el nivel competitiv­o. Daniel Primo, Belgrano pArA tener jugAdores generAdos por lA cAnterA, son siete Años de proceso. en dos Años se verá unA cAmAdA importAnte. Carlos Ranalli, Talleres

goles por temporada, además de haber marcado cuatro en reserva y cuatro en cuarta. Y estuvieron ahí del debut temprano Fernando Juárez y Santiago Moyano (18 años, ambos), quienes fueron parte de la reserva campeona (primera vez de un equipo indirectam­ente afiliado) y de una nueva apuesta por los juveniles que lleva dos años y que, de acuerdo, al último balance, destina para inferiores “un peso de cada dos que van al plantel profesiona­l”.

Talleres vive un proceso en el que poner a disposició­n de Kudelka varios jugadores con un piso de 17 años será algo que podrá lograrse en algunos años. “La idea es que el club se vaya capitaliza­ndo cada vez más. Este trabajo empezó en las escuelas pasando a la oficial, fútbol infantil y juvenil. Para tener jugadores generados por la cantera son siete años de proceso. Con el correr de los años tendrá más opciones. Hoy están 11 jugadores juveniles que alternarán entre el primer equipo y la reserva. En dos años se verá una camada importante y otros dos para preparar los chicos 2000 y así con los 2002. Así hará que podemos tener jugadores entre 17 y 21 años formando parte del primer equipo. A esto hay que acompañarl­o con líderes como Guiñazú, Gandolfi, Caranta. Es más fácil la contención”, dijo Carlos Ranalli, el coordinado­r del semillero albiazul.

En la Gloria también

Finalmente, “Tetu”, como apodan a Klimowicz, tuvo sus primeros minutos a sus 16 años y reemplazó a Pablo Soda, en un registro al que Instituto ha llegado bastante en los últimos dos años. Desde el primer partido de Gonzalo Maroni (2015) pasando por Conrado Conde y Gonzalo Piermarter­i. Y es un valor al que no se llegaba desde 2009, con el debut de Javier Correa también a los 16 años.

“Lo de la edad no lo tenemos en cuenta. Malcom Braida tiene 20 años y Eloy Roige, 18, que son los últimos en debutar. Las condicione­s y la madurez de cada uno, son las referencia­s. Esos valores nunca son iguales en ningún pibe. De todos modos, cada vez debutan más pibes jóvenes en general en el fútbol argentino. En Primera además de hay que fijarse en Chicago con el chico Charpentie­r que ya debutó hace tres fechas. El año pasado, en Primera, jugó Ezequiel Barco con la misma edad”, dijo Pablo Álvarez, coordinado­r de inferiores albirrojo.

El contexto en el que deberán crecer esos jugadores es lo que vuelve a sembrar un interrogan­te en Instituto. El año pasado, contrató 15 refuerzos y siete de los 10 que más minutos jugaron en la campaña fueron pibes de inferiores, aunque la realidad es que lo hicieron toda vez que los refuerzos bajaron su nivel y hubo un cambio de DT que permitió el despegue de jugadores como Gustavo Gotti (era suplente, tras un préstamo a Las Palmas), Guido Mainero (Delfino le había dicho que se buscara club) o Ignacio Antonio. Ahora que Instituto se armará para ascender en el año del centenario se verá cómo se reinsertan los mencionado­s Braida, Roige y Klimowicz en un contexto de exigencia que contempla esperas para que terminen de formarse, en la mayoría de los casos.

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(GENTILEZA VALENTÍN BARBERO) Valentín Barbero. El juvenil de Belgrano debutó con 16 años contra Huracán, el 29 de junio de este año por la Primera División.
 ?? (SERGIO CEJAS) ?? Mateo Klimowicz. El delantero de Instituto tenía 16 años cuando le tocó debutar con la camiseta albirroja contra Juventud Unida de Gualeguayc­hú. El desafío está abierto para el juvenil atacante.
(SERGIO CEJAS) Mateo Klimowicz. El delantero de Instituto tenía 16 años cuando le tocó debutar con la camiseta albirroja contra Juventud Unida de Gualeguayc­hú. El desafío está abierto para el juvenil atacante.
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(RAIMUNDO VIÑUELAS) Nahuel Bustos. Con 18 años, el 23 de abril de este año, el atacante debutó con la camiseta de Talleres frente a Godoy Cruz de Mendoza en la Primera División.

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