Tala y Tablada, los finalistas
Con oficio, los azulgranas vencieron 27-22 a Palermo Bajo en Urca y pelearán por el título después de cuatro años.
Quienes estuvieron ayer en Urca pueden dar fe. La clasificación de La Tablada a la final del Oficial (el próximo sábado, ante Tala) se vivió con júbilo, pero también como un gran desahogo. Es que desde 2013, cuando conquistó su último título (precisamente ante los blanquinegros), los de Urca no llegaban a una definición del campeonato. Como yapa, ayer, tras vencer a Palermo Bajo 27-22, también se aseguraron el pasaporte al Nacional de Clubes, el máximo torneo al que pueden aspirar los clubes argentinos.
Para eso debió superar a un gran Palermo Bajo, casi tan merecedor de la final como La Tablada. El oficio de sus hombres más experimentados le permitió a los conducidos por Nicolás Canavosio salir airosos. Cuando parecía que la gran defensa del Escarabajo haría trastabillar cualquier estrategia, apareció Gastón Revol para bajar la ansiedad y trasladar el juego a campo adversario. Fue en el segundo tiempo, cuando el Verde se paró como apertura y en cada jugada se tomó un segundo extra para pensar. Su pie derecho volvió loco al fondo de Palermo Bajo –que jugaba con uno menos por la expulsión de Farfán– y lo obligó a cometer errores. Los azulgranas demostraron su astucia cuando el juego más apremiaba. Porque el Bajo había encontrado su mejor expresión en este partido. Tuvo un scrum soberbio, gran posesión de pelota y buenos quiebres. Sin embargo, le faltó lucidez para zafarse de la trampa que le tendió su rival. Cuando lograba mover la pelota y lograr ese pase extra, sometió a La Tablada, que no encontró cómo frenarlo. El incansable Matías Vila volvió a jugar un enorme partido en ataque. La roja a Farfán por tacklear a un rival en el aire rompió la estructura de un equipo en el que el todo es más que la suma de sus partes. El Bajo lo sintió y, a pesar de que siguió yendo al frente, La Tablada lo desarticuló fácilmente. “Nos vamos llorando, pero de felicidad. Dejamos todo”, dijo al pasar Martín Maineri, que se mostró estoico tanto para consolar a sus compañeros como para saludar a sus rivales.
En La Tablada la alegría fue acompañada de la mesura. “Estamos orgullosos de lo que logramos. Ahora, a dar otro paso. Se viene Tala y ganar en su cancha sería impresionante”, dijo Gastón Revol, con la mente en el próximo sábado.