Argentina, a las puertas de la gloria
Con sabor amargo, pero sin nada que reprocharle a un grupo que le falta mucho oficio y que anoche tampoco tuvo a su capitán Luis Scola (lesionado) y apenas promedia 23 años, la selección argentina no pudo con su similar de Estados Unidos, que se alzó con la AmeriCup tras quedarse con la final 81 a 76. De esta manera, el seleccionado del norte conquistó su séptimo campeonato en su historia americana y el tercero que logra a manos de Argentina.
En una noche con un Orfeo casi colmado, los estadounidenses, que llegaron con un plantel sin integrantes de la NBA, debieron jugar por la “madre” para quedarse con la victoria. Argentina fue de mayor a menor y no pudo sostenerse. Probó con distintas variantes e intentó vulnerar a un rival que por el contrario, fue in crescendo a medida que se fue afirmando en cancha y cuando se convenció que si no defendía “a medio full” la victoria no sería posible.
Pero, más allá del resultado adverso, la novel selección albiceleste luce bastante bien encaminada para los próximos compromisos que lo esperan como lo es la etapa clasificatoria para el Mundial de China 2019. Pero, además, será la gran base que tendrá el país para la próxima década, con Luis Scola como único sobreviviente de la Generación Dorada.
El partido, en líneas generales, mostró a un equipo nacional compacto, despierto y sin concesiones. El NBA Nicolás Brussino tomó la posta (12 puntos en el parcial) ante un Estados Unidos tardío en despertar. Gran trabajo colectivo, con grandes pasajes de vértigo propuestos por el base Campazzo llevaron al local quedarse el primer cuarto 22-15. La aplanadora Argentina no se detuvo en el segundo chico. Sólida y con ofensivas con mayores posesiones, sinónimo de Laprovittola en cancha, Argentina siguió con números favorables pese a que su perímetro no respondió como en el inicio. No obstante ello, un triple de Campazzo sobre la chicharra le dieron una luz de 15 puntos para el delirio del Orfeo, con hinchas muy satisfechos que su selección se fuera al descanso 42-27.
El “champú” de Van Gundy parece que surtió efecto en Estados Unidos. Abroquelado en defensa, con algunos pitazos a favor y con mayor determinación ofensiva, la visita comenzó a limar diferencias. Argentina ya no tuvo tantas opciones en ataque y el aro comenzó a cerrársele, incluso en jugadas en las que el gol estaba “cantado”. Por eso los dirigidos por Hernández apenas pudieron agregar 14 a su cuenta ante un rival que sumó 23, para dejar el suspenso 56-50 al cuarto decisivo.
Argentina cayó en el ritmo propuesto por Estados Unidos, que siguió adueñándose del trámite del partido. Con un intratable Warney en el juego interior, con dos veloces y certeros laderos como lo fueron Munford y Hearn y con la confianza que lanzar cuando el aro se “abre”, Estados Unidos pasó al frente (61-63) en menos de 4m y desde entonces no dejaría que Argentina reaccionara.
El inútil y gran esfuerzo final, sin lucidez, quedó para el orgullo y para la esperanza de que el espíritu combativo sigue intacto. Estados Unidos, en tanto, se fue con la misión cumplida. Fiel a su liderazgo.