Mundo D

Para gritarlo con todas las ganas

Instituto, que por momentos jugó bien, venció 3-1 a Ferro en Alta Córdoba y se acomodó en la cima de la tabla.

- Javier Flores jflores@lavozdelin­terior.com.ar

El incuestion­able triunfo 3-1 de ayer contra Ferro, en Alta Córdoba, no sólo fue provechoso porque le sirvió a Instituto para comenzar a insertarse, con indicios promisorio­s, en el sendero de la idea que quiere insuflarle su DT, Gabriel Gómez. También obró como un caza fantasmas, porque terminó de sepultar el karma que cargaba cada vez que debía enfrentar al equipo verdolaga.

Desde aquel fatídico 0-3 del 24 de junio de 2012, en el Monumental, cuando aquel Ferro de Carlos Trullet le impidió ascender a Primera División, las previas de los partidos con los de Caballito resultaban insufrible­s. Como una ironía del destino, ayer estuvieron dos futbolista­s que protagoniz­aron ese partido. Uno, “el Pucho” Osvaldo Barsottini, quien ahora está en Ferro y entonces defendía la camiseta del entonces elenco conducido por Darío Franco; y en la Gloria, el coscoíno Ezequiel Videla.

Parecía que esos fantasmas todavía estaban merodeando el césped cuando comenzó el partido ayer, pero sin motivo. Se sabe que las brujas no existen, pero que las hay, las hay. Pero este Ferro está lejísimos del nivel futbolísti­co de aquel e Instituto jugó los primeros 25 minutos con demasiadas precaucion­es, sin soltarse, sin la decisión suficiente como para atemorizar a un equipo que sólo lo inquietaba con remates desde afuera y cuyas incursione­s ofensiva terminaban en el portal del área de Hoyos. Y mal resueltas.

Cuando Instituto notó que había que animarse a más, con los argumentos futbolísti­cas que este equipo puede explotar todavía mucho más, los dirigidos por Gabriel Gómez sentaron diferencia­s claras y los fantasmas se escabuller­on. En realidad, fueron sepultados con goles, muestras de un buen juego y con la irrupción de algunas sociedades futbolísti­cas que pueden funcionar muy bien a futuro, como las de Ricardo Blanco con Germán Lesman, “el Gordo” con Franco Olego y Videla con “Ricky”.

Cuando comenzó el partido, las estadístic­as indicaban que en Alta Córdoba habían jugado 24 encuentros y que habían ganado nueve partidos cada uno y empatado seis (el último fue el 21 de mayo pasado y también ganó Instituto, 2-0, con goles de Gotti y Orfano). Una paridad que sólo favorecía a Ferro en los goles a favor: 34 sobre 29. Y cuando terminó, los hinchas albirrojos advirtiero­n que el triunfo también les permitió pasar al frente en los partidos “tú contra tú”. Una tarde redonda, porque ganó bien y ahuyentó los fantasmas.

 ?? (SERGIO CEJAS) ?? Abrió el marcador. Franco Olego marcó el primero de Instituto, de penal, y lo gritó de esta forma. Se sacó la “mufa” en el torneo y se lo dedicó a un familiar.
(SERGIO CEJAS) Abrió el marcador. Franco Olego marcó el primero de Instituto, de penal, y lo gritó de esta forma. Se sacó la “mufa” en el torneo y se lo dedicó a un familiar.

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