Instituto perdió en Mendoza
La Gloria se durmió al principio y nunca pudo remontar el juego contra Independiente Rivadavia en Mendoza. Volvió a perder como visitante. El próximo sábado, recibirá a Aldosivi, uno de los protagonistas del campeonato.
Instituto podría escribir el manual del autoboicot. Presa de su propia inseguridad, hizo lo posible para transformarse en un espectador de lujo de ambiciones ajenas. Y cuando se acordó de jugar, ya perdía 2-0 y ni la suerte le sonreía.
Los fantasmas de la temporada pasada siguen ahí, sobrevolando un plantel que sabe que puede, pero que no se termina de animar cuando es visitante. Si realmente quiere ser protagonista, su juego, pero sobre todo su carácter, tienen que asemejarse al Instituto que hace pocos días aplastó a Ferro. Sin embargo, se pareció más al que tro- pezó con Brown de Adrogué hace un par de semanas.
Sorprende todo. La derrota y la forma. El equipo de Gabriel Gómez se dejó “primerear” por un rival que apenas sumaba dos puntos en las tres primeras fechas, pero que lleva 12 partidos sin perder en el Gargantini.
“Después de lo de Ferro el equipo me entusiasma. ¿Cómo jugaría de visitante? No soy el técnico, pero saldría a atacar y buscar el partido de entrada”, contó en la previa el presidente albirrojo Gastón Defagot, que llegó a Mendoza procedente de Buenos Aires donde asistió al empate de la selección con Perú en la Bombonera.
Evidentemente, el equipo no lo escuchó y se acordó tarde de mirar el arco rival. Lo escaso que insinuó el conjunto de Alta Córdoba ni bien arrancó el partido, empezó a derrumbarse a los seis minutos. Franco Olego se equivocó en un pase hacia atrás y José Méndez no perdonó: se hamacó, bailó a Gabriel Fernández y definió junto a un palo.
Pero la historia no quedó ahí. Tres minutos después, Méndez le ganó la espalda a Bonacorso (el “Rayo” fue una pesadilla para el lateral) y tiró un centro preciso para el cabezazo de Gissi, un centrodelantero grandote y de movimientos ampulosos, que no perdonó a Hoyos.
A la Gloria le costó despabilarse después de esos dos mazazos. Con más ganas que fútbol, fue en busca del descuento. Pero con poco aporte de Mainero, con Lesman bien contenido por los centrales, y con un Olego impreciso, todo quedó en el botín zurdo de Blanco.
Bonacorso pasó al ataque y lo bajaron de un planchazo. La falta derivó en la más clara del primer tiempo para la Gloria: un impecable tiro libre de Blanco que Aracena sacó al córner.
En el segundo tiempo, con el ingreso de Bailone por Olego, Gómez apostó por una dupla de dos “9”. Instituto arrinconó a la Lepra y tuvo el descuento en dos oportunidades, pero Lesman no definió bien.
Con el local retrasado, la Gloria asumió el protagonismo absoluto del juego. En la desesperación por descontar, Gómez puso a Javier Fernández y sumó gente arriba. Hay que decirlo. No menos de cinco oportunidades claras de gol tuvo el equipo cordobés, pero no pudo. El gol le fue esquivo, tanto como las ideas en buena parte del partido.
Sin una estructura sólida, sin un patrón claro, la Gloria empujó más por ir en desventaja que por ambición propia. Hasta Videla se desdibujó y pegó de más.
Un paso en falso que no puede repetir un equipo que realmente quiere ser protagonista.