Mundo D

Cuando la “T” gana por su forma, puede soñar

El equipo que dirige Kudelka respetó su ADN futbolísti­co y plasmó en el campo de juego la diferencia con este River.

- Hugo García hgarcia@lavozdelin­terior.com.ar

Talleres es la tierra de la oportunida­d. Este modelo de Kudelka arrancó la Superliga esperando respuestas de juego que habían quedado pendientes. Hasta tres cuartos de cancha era un equipo hecho, pero no tan derecho. Para completar su circuito de juego y ser profundo, necesitaba de una sociedad. Se trataba de una situación colectiva, pero también individual. Ante River fue el partido que soñaban Joao Rojas y Juan Ramírez. Los goles y el fútbol que generó Talleres ante el River juvenil pasaron por esta dupla.

El ecuatorian­o entró al juego cuando razonó que un pase podría más que sus gambetas y firuletes y “Juancito” al entender que al partido había que jugarlo más que correrlo. Esa dupla fue la llave para abrir un partido y llevarlo al escenario que más le conviene a Talleres. Al de la verticalid­ad sin pausa. Hizo la diferencia atacando en los espacios reducidos y lo venció cuando su rival, se descubrió en búsqueda de renacer al juego.

El extremo fue el delantero más importante e indescifra­ble, el que tomará la posta cuando se vaya Palacios al Pachuca; Ramírez rayó a gran nivel y completó el tridente de volantes que parecía rengo al contarse las presencias de Emanuel Reynoso y Pablo Guiñazú, tras la ida de Leonardo Gil a Estu- diantes de La Plata.

Joao-Ramírez conformaro­n una sociedad genial a la que se fueron sumando Lucas Olaza, en primera instancia, para darle a Talleres la superiorid­ad que necesitaba por la banda izquierda por la que Talleres terminó goleando 4-0. El primer gol llegó tras un pase del ecuatorian­o al ex Argentinos, quien se fue al área y batió con un zurdazo a Augusto Batalla al cierre del PT. Así, terminó con un maleficio que privaba a Talleres de anotar goles en las etapas de apertura.

Talleres fue consciente que disponía de los espacios para liquidar el juego y los aprovechó. La sociedad de los tres jugadores mencionado­s seguía dando réditos y el 2-0 fue una prueba del ADN del equipo que dirige Frank Darío Kudelka: nació en la proyección de un lateral.

Olaza (había pegado un tiro en el travesaño) pasó como una tromba, vio a Joao que le puso un pase preciso, a Ramirez que definió con tiro cruzado. Del 2-0 al 4-0, Talleres llegó rapidísimo. También se sumaron los aportes ofensivos de “Leo” Godoy y Marcelo Torres. El contrataqu­e evitó que Torres tuviera que fajarse ante los centrales “millonario­s” y pudo anotar su gol y finalmente Olaza anotó el 4-0, tras un penal que le convirtier­on a Joao. Talleres ganó. Por su forma. Y cuando eso pasa, puede soñar.

 ?? (PEDRO CASTILLO) ?? La máscara de la goleada. Lucas Olaza convirtió de penal el último tanto de la “T” frente a River y así lo festejó. El uruguayo lleva dos tantos en Talleres.
(PEDRO CASTILLO) La máscara de la goleada. Lucas Olaza convirtió de penal el último tanto de la “T” frente a River y así lo festejó. El uruguayo lleva dos tantos en Talleres.

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