“Lionel es la evolución del fútbol”
El actor Alejandro Orlando habla de su pasado como volante central y de su pasión por la actuación. “Los mismos huevos que ponía para recuperar una pelota los pongo en el teatro”, dice el integrante de Los Modernos.
“Perdón por tanta vehemencia”, se ataja tras una breve pausa que no alcanza para apaciguar su agite. Alejandro Orlando habla de Lionel Messi y se apasiona. Su voz se enciende del otro lado del teléfono. No entiende cómo puede haber gente que cuestione al capitán de la selección argentina. Pero, de alguna manera, el actor de Los Modernos ensaya una explicación: “Queremos que haga lo mismo que en el Barcelona con 10 tipos que juegan a otra cosa”.
Por estos días, Orlando se encuentra precisamente en Barcelona, donde celebra junto a Pedro Paiva los 15 años de un humor diferente, con una estética y lenguaje teatral con código propio.
–¿Cómo es tu relación con el deporte?
–Soy de barrio General Paz y fue a Las Pías, así que jugué al fútbol en la Lifi. También lo hice en Juniors y en Escuela Presidente Roca. Los que me conocen dicen que tranquilamente podría haber jugado a la pelota.
–¿De qué jugabas?
–Era un “5” de contención, pero que también tenía mucho gol. Me gustaba Redondo, que con esas patas largas recuperaba pero también hacía jugar. No me quiero comparar con él, pero era un “5” raro. No era picapiedra.
–¿Cómo llegaste a la Liga Cordobesa?
–Fui a un entrenamiento a Escuela y quedé. Ahí nomás fuimos a jugar un campeonato nocturno en cancha de 8. Tenía 16 años. Salimos campeones y salí goleador del torneo. Automáticamente pasé a jugar en la sexta en cancha grande.
–¿Y en el barrio?
–Sí, teníamos un equipazo. Jugábamos campeonatos nocturnos por plata en Los Boulevares, en todos lados. Una vez hasta vinieron a buscarme para hacer una prueba en Belgrano. Mis amigos siguen jugando con ese equipo en las ligas amateurs.
–¿Hasta cuándo jugaste?
–A los 20 dije “no juego más” y dejé para siempre. Tengo 48 años y no volví a jugar al fútbol ni en picados. Pareciera que hablara de otra persona. Es que empecé teatro a los 14 años y cuando dejé el fútbol me aboqué de lleno. Obvio que tuve millones de laburos, pero siempre con el teatro. Cero fútbol. Sólo con mi hijo en el patio o en la calle.
–¿Ibas a la cancha?
–Sí, somos hinchas de Juniors. Mi viejo, que era abastecedor de carne y enfrente a mi casa había una carnicería, era dirigente del club y la primera de Juniors venía a comer a mi casa. Mi viejo hacía una vaquillona. Los tipos que iba a ver a la cancha venían a mi casa a comer una vaquillona.
–¿Seguís la campaña de Juniors?
–No. Lo seguí hasta el ‘97 más o menos que me fui a vivir a Madrid. Iba a la cancha, pero me decepcioné. Llegaba a instancias decisivas y el equipo no respondía. Una vez había vuelto de España y un amigo me invita a la cancha. Jugaban Juniors e Instituto. Yo venía de ver al Real Madrid de Redondo contra el Valencia del “Piojo” López. Fuimos un domingo a la tarde... No sabés lo que fue ese partido. ¡Un viento! Partido feo, encima salió 00. “No vuelvo más”, dije. Pero mi corazón sigue en Juniors.
–¿Mirás fútbol?
–Veo de fútbol paraguayo a las 4 de la mañana, papá. Me encanta.
–¿Y el fútbol argentino?
–Soy muy hincha de Boca. Tengo grabaciones cuando tenía cuatro años diciendo “Boca sale con Gatti; Mouzo, Pernía, Sa y Tarabini...”. Pero me he desilusionado con lo que pasó últimamente. Lo veo poco atractivo. Miro mucho el Barcelona en el Camp Nou.
–¿Cómo es ir a la cancha en España?
–La idiosincrasia es totalmente distinta. Llegás cinco minutos antes del partido, vas en metro. Comen pipas, no cantan, son medio pechos fríos. Pero nosotros ya estamos zarpados. Yo no entiendo la violencia del fútbol. Hace poco tenía entradas para un BocaRiver y fuimos con un amigo. Tuvimos que dejar el auto como a 15 cuadras y era tal el rock que había que nos tuvimos que volver. Cinco cuadras antes del estadio te chorean, te maltratan, una locura.
–¿Cómo ves la selección?
–Soy muy hincha de la selección y me duele todo lo que ha pasado. Tenemos al mejor del mundo que hace todo bien y nos la agarramos con él. Tiene que hacer los tres goles y clasificarnos al Mundial para que digamos “ah, es bueno”. Creo que no se armó un equipo en pos de Messi. En el Barsa es distinto. Casi todos son de La Masía y juegan con sistema de hace años. En cambio acá viene un técnico y cambia el sistema. ¿Cuántos vinieron en los últimos años? Ojalá Sampaoli sea inteligente y arme un equipo en pos de Lionel.
–¿Tenemos chances en Rusia?
–Para mí hay que hacer más o menos lo que hizo Bilardo con el Diego en el ‘86. Que jueguen los mejores pero con un sistema que favorezca al “10”. Creo que si eso pasa, medianamente tenemos que ser campeones del mundo. Y lo digo fríamente. Alemania es una potencia, Brasil y España están ahí, pero nosotros tenemos al mejor de todos los tiempos. El otro día Cristiano dijo que era el mejor y el Barcelona salió a decir que el mejor era Messi. Le tendría que haber respondido: “Messi es el mejor y Cristiano lo sabe”.
–No te tenía tan bilardista...
–Me acuerdo todo del ‘86. Dónde vi los partidos, dónde festejé. Después vino un derrotero de bajones. Nos vinimos en primera rueda con Bielsa que era lo mejor del mundo. Esta es la oportunidad. El Mundial es como una cosa sagrada. Siempre quiero jugar bien, pero a veces hay que ganar como sea. Así es en los mundiales. ¿Te acordarías si en Brasil le hubiéramos ganado a Alemania con un gol de Di María de culo? Sos campeón del mundo y no te lo saca nadie. Perdimos dos finales de Copa América con Chile. Desde el ‘90 que no llegábamos a una final del Mundial. Quiero ganarla como sea. En ese sentido soy muy bilardista. Si hay que hacer la del bidón de Branco y bueno... lo siento. ¿Quién se acuerda del bidón? Le ganamos a Brasil.
–¿Qué opinás de los anti-Messi?
–Respeto a todo el mundo. Entre mis amigos, hay algunos que le dicen pecho frío y yo no puedo creer. Cuántos goles hizo el Diego en las eliminatorias. Mirá que lo amo, eh. Recé por él. Pero Lionel es la evolución del futbol. Todos los domingos hace cosas increíbles. Ganó 800 títulos. Ya lo pasó a Batistuta y se lo sigue poniendo en tela de juicio. Es una locura. Juega a otra cosa y en la selección es difícil. Cuando vos jugás a otra cosa y tirás una pared y no vuelve... Perdón por la vehemencia.
–¿Qué podés trasladar del fútbol al teatro?
–Todo. Toda esta pasión que tengo, que es mi forma de ser en la vida, la traslado ciento por ciento al teatro. Los mismos huevos que ponía para recuperar una pelota, los pongo en el teatro para armar proyectos y tirar para adelante. Es compleja esta profesión, pero igual salgo a pelearla, recupero la pelota voy para adelante. Y cada tanto paso a dos o a tres y la clavo en un ángulo cuando me salen bien las cosas.