Sims, el distinto de Atenas
El base de los verdes es uno de los jugadores más destacados de la Liga Nacional. Su secreto: la práctica diaria con un balón especial.
La pelota es su mejor amiga y su gran aliada. También su herramienta de trabajo. Por eso, Donald Sims no pasa un solo día sin el balón en sus manos. El dueño de la pelota en Atenas en un trabajador incansable. “Constancia” puede ser su mejor carta de presentación de este guardia de “apenas” 1,85 metros de talla, con mucho poder de gol.
Llegó a Córdoba por sus notables condiciones de anotador, que resultaron clave para que Regatas Corrientes alcance la final de la temporada pasada (cayó ante San Lorenzo), pero en barrio General Bustos encontraron además un “profesional” incansable.
Sims encabeza la ofensiva de los verdes, y es uno de los máximos anotadores que tiene la Liga Nacional. Tras pasar por países “exóticos” para el mundo grandes del básquet, como Bélgica y Ucrania, además de Lituania y Venezuela, el base llegó a Argentina en 2016 y no tardó en llamar la atención de todos, especialistas y aficionados. La facilidad para anotar, sumado al dominio que tiene del balón lo convierten en atractivo para el público. Sims es un jugador que invita a verlo en la cancha, un “vendedor de entradas”, o al menos, a seguir sus movimientos por televisión.
En su reconstrucción, Atenas apostó fuerte por el base de 30 años. Se trata de la piedra angular de un equipo que empieza a responder a las expectativas. La tarea de Sims es uno de los factores que tiene a los verdes peleando, después de mucho tiempo, los primeros puestos de la Liga. Sus 20 puntos son uno de los factores fundamentales de los griegos que no le pierden pisada al líder y bicampeón San Lorenzo. Justamente, Sims anotó 36 puntos la noche que le sacó el invicto en la Liga al poderoso Ciclón de Marcelo Tinelli.
“Alegre y divertido, pero muy respetuoso”, lo definen adentro del equipo. Siempre con una sonrisa, Donald rápido se ganó el cariño de sus compañeros. “Parece tímido, pero de tan respetuoso que es. El tipo no quiere ser invasivo”, agregan en barrio General Bustos de su jugador clave.
Muchas veces tener tantos extranjeros en un equipo puede traer problemas, más en una época donde es tan importante el armado de los grupos humanos como el talento de sus integrantes. Atenas cuenta con cuatro foráneos que son importantes, determinantes, para el funcionamiento del equipo. “Donald y Jerome (Meyinsse) son dos ‘criollos’. Parecen jugadores nacionales. Y el resto se acopla”, explican desde adentro del plantel sobre el comportamiento de los extranjeros dentro del grupo. Los cuatro estadounidenses (Roquez Johnson y Darington Hobson son los restantes) “son muy unidos entre ellos”, dicen, pero también con “el resto de los muchachos”.
Un malabarista
Sims lleva “atada” la pelota. Parece una parte más de su cuerpo. Nacido en Gaffney, Carolina del Sur, el 25 de abril de 1987, el base cumple diariamente, y a rajatabla, con su rutina de entrenamiento personalizado.
Es el primero en llegar a las prácticas de Atenas. Una hora antes que el resto, Sims empieza con su fajina. También la repite los días de los partidos. Nunca solo. El base tiene siempre en sus manos a su mejor amiga, la pelota. Pero no es un balón cualquiera. Se trata de una pelota un poco más grande y también con mayor peso que la tradicional.
Se llama Baden oficial size, y pesa 3,17 kilogramos. Justamente la mayor diferencia está en el peso. El balón común va de 567 a 650 gramos. La pelota de Sims es amarilla, y tanto uso empieza a notarse: está bastante gastada por el trabajo diario.
“Trabaja su dribbling, su técnica individual. Lo hace con una constancia admirable”, destaca el entrenador de Atenas, Nicolás Casalánguida.
La rutina de Sims incluye además una pelota de tenis, y la normal. Pica la “grande” y la oficial. Luego con la de tenis y la oficial, y con la tenis y la amarilla “grandota”.
También realiza tiros al aro con el balón grande, y una fajina de prevención de lesiones.
A la rutina con su amiga la pelota también la cumple en los encuentros de visitante de Atenas. Sims nunca la deja. La mayoría de los viajes son en ómnibus y el goleador no tiene inconvenientes con su balón, aunque en un salida reciente hubo un contratiempo.
Cuando el plantel viajó de Comodoro Rivadavia, tras jugar con Gimnasia, a Buenos Aires, para visitar a Boca, al estadounidense se lo vio preocupado. La aerolínea le entregó en el aeropuerto el balón desinflado. No le gustónada a Donald. Él no quiere cambiar por nada su rutina, y menos dejar de entrenar. Recién cuando su Baden oficial size de color amarillo recuperó su presión habitual, Donald respiró aliviado. Y no perdió tiempo: se puso a practicar.
Todos los días quiere mejorar. “Donald es un profesional de primer nivel internacional”, grafica Casalánguida.
No todo es básquet
Formado en la universidad de Appalachian State, entre 2007 y 2011, Sims comenzó su carrera profesional en Reno Bighorns de la NBA G League (Liga de desarrollo) de Sacramento Kings. Pero nunca llegó a la Liga de las estrellas. En el básquet universitario, Donald se despidió con 21 tantos de promedio.
En la temporada pasada jugó 71 de los 73 partidos de Regatas en la Liga Nacional. Los únicos dos que se perdió fueron los primeros de la final con San Lorenzo. Donald viajó a Appalachian para casarse. Estaba contemplado en su contrato con los correntinos al extenderse el desarrollo de la Liga. Por su caso, hubo cambios en la cantidad de juegos.
En su regreso a Córdoba tras el receso de las Fiestas, Sims llegó acompañado por su esposa. Vino a quedarse hasta el final de la temporada de la Liga Nacional. “Está contento con ella acá”, cuentan en barrio General Bustos.
A su profesionalidad para entrenar, cuidarse y jugar con la camiseta verde, Sims le brinda un tiempo importante para estudiar. “Aprovecha el tiempo libre, principalmente en los viajes para jugar de visitante, para profundizar conocimientos”, dicen en Atenas.