Un empate no le cayó para nada mal al equipo
El equipo de Lavallén supo reponerse a la adversidad y sumó un punto importante frente a un rival de jerarquía.
Los aplausos del final rescataron la actitud de un equipo que bien pudo haberse llevado algo más, pero que, ante todo, supo reponerse de la adversidad de un marcador injusto. Belgrano terminó por aceptar un empate 2-2 que le permite sumar, además de mantener a su reducto, nuevamente colmado, en estado de imbatible desde su reinauguración.
En un panorama enredado y trabado, Belgrano incomodó permanentemente a Racing que se perdió en un toqueteo intrascendente de balón muy lejos del arco de Acosta y con el circuito roto con sus hombres más peligrosos (Centurión-Martínez). Belgrano, con menor posesión de pelota y esperando con doble líneas de cuatro, tomó mal parado a la Academia de contra y generó las primeras situaciones de riesgo en tres réplicas encabezadas por el movedizo Jonás Aguirre, que a los 15m perdió en un mano a mano con Musso.
A los 17, en otra salida rápida del Celeste, Suárez habilitó al vacío a Amoroso, y este metió un zapatazo que encontró el poste izquierdo. El local siguió más criterioso con la pelota y ese mejor despliegue se tradujo en la apertura del marcador, justo cuando el partido entregó su parte más emotiva.
Iban 27 minutos cuando Sequeira se anticipó a la salida de un lateral, encaró al arco y desde ángulo muy cerrado, paralelo a la línea de fondo, metió el puntazo que dio en el arquero y se introdujo al arco.
Era justicia, pero en la primera respuesta de Racing, llegó el empate. Un “ollazo” de Sigali cayó en el corazón del área y Centurión aprovechó el estatismo de Guidara para dominarla con clase, y vencer a Acosta tras un primer remate que había detenido Acosta. En su única llegada en los 45 minutos iniciales, la Academia tuvo pre- mio. Belgrano absorbió bien el golpe emocional, siguió mejor parado, ordenado en defensa y con control de un juego que lo tenía con mejor imagen.
Las cosas en su lugar
No cambió demasiado el panorama en el inicio del segundo tiempo. Con Brunetta en lugar del lesionado Lugo, Belgrano intentó adelantarse algo más, pero Racing volvió a pegar en su segunda incursión al área celeste. A los 4m, un córner ejecutado desde la derecha del ataque visitante derivó en un rechazo de cabeza de Amoroso que tomó Sigali, desde lejos, que sorprendió a Acosta adelantado y lo embocó para un por demás injusto 2-1.
En desventaja, Belgrano perdió el orden pero ganó en intensidad. Fue a buscar el empate con más decisión que juego, pero quedó expuesto en la retaguardia y a punto quedó de tirar todo por la borda cuando a los 14m Lautaro Martínez esquivó a Acosta y lanzó al gol, pero Guidara salvó sobre la línea un tanto que, a esa altura tenía sensación de cosa juzgada.
Y sólo un par de minutos más tarde, lo que parecía un lapidario 1-3 dio paso a un 2-2 más acorde al trámite del juego. Una falta sobre el sector derecho de la ofensiva pirata terminó en un fantástico tiro libre que Marcelo Benítez colgó en el ángulo del arco de Musso.
Ya era un buen partido y en los 30 finales, ninguno apostó por el empate. Eduardo Coudet se jugó con la entrada de un delantero (Brian Mansilla) por un volante (Augusto Solari), pero las mejores aproximaciones siguieron siendo del lado del local, que tuvo tres claritas para desnivelar: un tiro libre de Brunetta salvado sobre la línea (25m), una atajada de Musso a Godoy, de buen partido (36m) y un remate afuera de Benítez en otra aceitada contra (40m).
Al final, el empate no cayó mal en Alberdi. Más que todo por la jerarquía de su rival, porque en la cancha, el Celeste fue más.