Golpe al grupo humano
L Adura e inesperada entrada del delantero boquense Cristian Pavón a su compañero Emanuel Reynoso a quien elevó del pasto de un puntapié en el comienzo del segundo tiempo del partido contra Unión, además de constituir un hecho no contemplado en el reglamento sentó un precedente peligroso en cuanto a fallos arbitrales. El hecho fue sancionado con un tiro libre para el equipo xeneize por el árbitro Germán Delfino. “La decisión arbitral fija una jurisprudencia muy peligrosa ya que de ahora en más cualquier jugador buscará cometerle un foul a un compañero para obtener un tiro libre favorable”, explicó con preocupación un veterano escribiente de reglamentos de Fifa, que se ocupa de transcribirlos a mano y en latín a la usanza de los antiguos copistas medievales.
“Seguramente van a foulearse entre sí a centímetros del área grande o lo que es peor: dentro del área para exigir un penal y con faltas que no den lugar a ninguna protesta”, aseguró el amanuense.
Tratando de encontrar una explicación a la decisión de Delfino, el experimentado escriba consideró: “Los árbitros en general cobran a favor del jugador que cae, aun cuando se tropiece con el banderín del córner. En este caso, el colegiado siguió esa lógica sin advertir que fue derribado por un compañero que no tenía intención de disputarle la pelota”.
La falta de Pavón motivó una reunión extraordinaria de la International Board, el organismo encargado de velar por las reglas del juego y que fue conformado en Londres en 1886 por cuatro representantes (una por cada asociación del Reino Unido), quienes hasta hoy se mantienen en sus cargos porque son vitalicios. El más antiguo de los miembros de la organización, Sir Arthur McNuggets, con 163 años sobre su encorvada espalda, aseguró con la sorpresa reflejada en el rostro, que nunca en su dilatada presencia en este mundo vio algo igual a la patada de Pavón a Reynoso.
Por su parte, el vocero del organismo Lean McCombo (106 años), consideró que los problemas de vestuario “se solucionan en los vestuarios”.
Si bien los ancestrales integrantes de la International Board no anticiparon qué modificaciones realizarán en el reglamento, todo apunta a que las habrá y que apuntan a la Regla 12, donde quedará establecido lo siguiente: “Concederá un tiro libre al equipo adversario si un jugador carga, traba, agarra, amenaza, escupe, aplica un codazo o asfixia manual, etc. a un compañero, aun cuando se trate de un suplente. En el caso que cualquiera de estas infracciones se cometa dentro del área rival se sancionará penal en contra, y si es muy violenta o antideportiva corresponderá amonestación e incluso la expulsión del agresor”.
De acuerdo entonces con la nueva regla, Pavón seguramente habría recibido una amonestación ya que Reynoso resultó elevado a más de 40 centímetros del pasto por la fuerza del impacto (el límite para no recibir la amarilla es 27 centímetros, regla 12 inciso 23).
Pero el objetivo fundamental de esta modificación a la regla no pasa sólo por llenar un bache legal o por la penalización, sino por fomentar el compañerismo y la camaradería. “Si entre los propios compañeros se empiezan a cometer foules se compromete seriamente la armonía del grupo humano, ya que las víctimas pueden tomar revancha contra los victimarios e iniciar una escalada sin cuyos límites son imprecisos. Hay tremendas guerras civiles que empezaron porque alguien le tiró una miga de pan a un familiar en una tallarineada”, aseguran desde la Fifa.
Por esa razón, hasta tanto se comience a aplicar se abrirá un período de gracia de dos años, en el cual el jugador que golpea a un compañero (aunque sea arteramente) no será sancionado sino que recibirá una charla informativa (y en tono paternal) de 25 minutos in situ por parte del árbitro del partido. Si bien el parate puede poner nerviosos a los técnicos, a los demás jugadores y a los plateistas y público en general, desde la Fifa se considera que es fundamental informar antes que sancionar. “Más vale jugador informado que 100 amonestados”, dicen en la Fifa. “Los compañeros sean unidos, porque esa es la ley primera, porque si entre ellos se patean, se aprovechan los de afuera”, dicen en la AFA.