Hay que tener respeto y memoria por este presente
Ya está. La era Kudelka llegó anoche a su final en Talleres. Por lo menos en la etapa que arrancó en 2015 en el Torneo Federal A y que finalizó con el quinto puesto de la Superliga 2017/2018, con la clasificación a la Copa Libertadores 2019.
Sin lugar a dudas dos grandes protagonistas fueron claves para este presente de Talleres. Por un lado Andrés Fassi, el presidente del club, y por otro el entrenador, Frank Darío Kudelka. Ambos fueron parte fundamental de un engranaje que derivó en este presente de alegría albiazul.
Kudelka, más allá del fútbol
Lo que hizo Kudelka en Talleres el hincha albiazul, y de otros equipos, lo conoce muy bien. Dirigir a la “T” del Federal A hasta la Superliga, dejando al equipo en Libertadores, es para aplaudir de pie. El trayecto recorrido avalan su trabajo. Se va por la puerta grande y la deja bien abierta para un posible vuelta.
Pero lo de Kudelka fue mucho más allá del fútbol. En cada declaración que daba trataba de dejar un mensaje. Desdramatizar este deporte tan pasional. Claro que quería ganar siempre, pero las formas le interesaban. Siempre buscó que su equipo tuviera una idea clara y la llevara a cabo siempre.
Fue resistido al principio. Pero a medida que los resultados se daban, el reconocimiento llegó. No sólo en Córdoba, si no en todo el país. Hasta Menotti lo elogió por su pensamiento.
Kudelka se ganó, merecidamente, el respeto de todos.
Los detalles de Fassi
Pensar que el pasillo que realizó ayer Talleres al Boca bicampeón es casualidad es no conocer la filosofía del club de barrio Jardín. Desde que asumió Fassi, en la “T” han cambiado muchas cosas. Se profesionalizaron muchas áreas, el margen de error se disminuyó y el éxito deportivo llegó como consecuencia de un trabajo a conciencia.
Sin lugar a dudas, un modelo que se trajo desde México, en donde Fassi creció como dirigente deportivo y desde siempre lo trató de explicar por estas tierras. Primero lo miraban con desconfianza y con el paso del tiempo los hechos le están dando la razón.
De a poco, con pasos firmes y seguros, el Talleres que imagina Fassi se está viendo. Y va más allá de un resultado deportivo. Está en la coherencia de un proyecto. Con una política clara, de no gastar más de lo que ingresa y con la extrema necesidad de vender algunos futbolistas por cada mercado de pases para sostener la estructura que se armó.
Por lo menos en esta etapa así lo plantea la actual comisión directiva que encabeza Fassi. La otra intención es contratar cada vez menos refuerzos. De los 21 que se trajo en el Federal a los 11 del último mercado. Ahora asegura el presidente albiazul que serán, como mucho, ocho.
Ahí, la clave también está en el departamento de seguimiento de jugadores. Así llegaron jugadores como Guido Herrera, Leonardo Godoy, Lucas Olaza, Jonathan Menéndez, Mauro Ortiz, entre otros. Para muchos eran desconocidos cuando llegaron, y con el paso del tiempo pueden representar buenos ingresos para el club con sus posibles ventas.