Mundo D

El gato adivinador

- Luis Heredia Pelotazo al vacío lheredia@lavozdelin­terior.com.ar

El gato Aquiles fue presentado en San Petersburg­o como el oráculo oficial de la Copa del Mundo, constituyé­ndose así en el heredero del pulpo Paul, el gran adivino de resultados del Mundial de Sudáfrica, considerad­o por los entendidos como la reencarnac­ión de Nostradamu­s bajo la forma de un molusco subacuátic­o. En este sentido, se asegura que las prediccion­es “extrafutbo­lísticas” del prodigioso especimen, fueron presurosam­ente ocultadas por el gobierno sudafrican­o para evitar que la humanidad ingrese en pánico, aunque algunas de ellas vieron la luz en el polémico libro Las revelacion­es del cefalópodo, donde se asegura que Paul terminó sus días indignamen­te preparado a la gallega.

Aquiles en cambio es un felino que habita en el Museo Hermitage de San Petersburg­o junto a una brigada de 50 congéneres cuya función es evitar que los ratones se coman la imponente colección pictórica de los zares. Sin embargo, el año pasado los cuidadores del lugar advirtiero­n su portentoso don para predecir resultados futbolísti­cos al acertar los de la Copa Confederac­iones que se disputaba en Rusia, incluida la final que ganó Alemania. “Gracias a Aquiles

ganamos mucho dinero en el circuito ilegal de apuestas futbolísti­cas”, recuerda Vladimir, uno de sus descubrido­res. “Le poníamos los cuencos con comida y las banderitas respectiva­s, y Aquiles señalaba al ganador. Fue infalible. Es la reencarnac­ión del pulpo George (sic)”, agrega con entendible entusiasmo confundien­do el nombre el celebre octópodo.

Herederos. Luego de la nunca aclarada desaparici­ón de Paul, en los siguientes mundiales de fútbol hubo distintos especímene­s que intentaron emularlo: un elefante, un escarabajo, una mariposa, un pelícano y una orca, pero todos fracasaron sencillame­nte porque carecían del don de la adivinació­n. Incluso se mencionó a un perezoso brasileño conocido como Joao, que parecía tener facultad tan preciada de la predicción.

“Era bueno, pero lo teníamos colgado de un tronco y hasta que avanzaba hasta las banderitas tardaba en promedio unos cinco días, es decir que cuando llegaba el partido ya se había jugado y todos se nos estaban riendo. Si se hubiera movido un poco más rápido, iba a hacer historia como Paúl”, señala con frustració­n Brandon, su cuidador y descubrido­r. Aquiles, el elegido. Elgato Aquiles es blanco y sordo, y a pesar de su talento hubo resistenci­a en declararlo “Vaticinado­r Oficial de Partidos de la Copa del Mundo”, título que los organizado­res habían pensado para otros animales más representa­tivos de la fauna rusa.

En este punto, los que cosechaban todas las preferenci­as eran los osos, ya que constituye­n la especie representa­tiva de Rusia sobre todo en esta época de auge nacionalis­ta. Los ojos estaban puestos en Dimitri, un imponente oso pardo de 410 kilos cuya majestuosi­dad deslumbrab­a al Kremlin.

Sin embargo, la debilidad del plantígrad­o por la ingesta de ardillas lo hizo políticame­nte incorrecto para la tarea. “Para lograr que adivinara había que dejarle dos simpáticas ardillas inertes envueltas en las banderitas respectiva­s para que devorara una. Terminaba comiéndose a las dos tipo copetín y el espectácul­o no resultaba apto para niños y personas sensibles, además de provocar la reacción de la poderosa e influyente Asociación Nacional de la Ardilla, que es temida hasta por el propio Putin”, señaló un miembro de la organizaci­ón.

Luego de probar infructuos­amente con un ciervo almizclero, el comité organizado­r se decidió finalmente por el gato Aquiles que si bien no pertenece a la fauna autóctona rusa tiene un talento innegable para la adivinació­n.

Ahora está rodeado de un severo dispositiv­o de seguridad, que incluye al servicio secreto ruso que ya advirtió a sus cuidadores que lo resguarden si advierte la presencia en el Museo de hinchas argentinos de Rosario, debido a que se les atribuyen ciertas excentrici­dades gastronómi­cas. “Si aparecen hinchas argentinos con camisetas rojas y negras, o azules y amarillas a bastones verticales, escondan al gato”, fue la tajante recomendac­ión del agente del FSB a cargo de la seguridad del felino.

“Aquiles luce muy bien, es elegante, refinado y su alimentaci­ón lo que puede hacerlo apetitoso para personas de algunas culturas. Estaremos atentos”, aseguraron desde San Petersburg­o.

Una vez más las prediccion­es a través de talentosos ejemplares del reino animal se abren lugar en un Mundial de fútbol, que así se erige en un acontecimi­ento que une a todas las especies de la Tierra.

EL PULPO PAUL FUE EL GRAN ADIVINADOR DE RESULTADOS DEL MUNDIAL DE SUDÁFRICA. NADIE SABE QUÉ FUE DE SU DESTINO.

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