¿Y si el que metía el pie en un pozo era “Leo” Messi?
La iniciativa fue plausible por donde se la analizara. Acercar a los ídolos de la selección argentina, con Lionel Messi a la cabeza, a los chicos fue una gran idea de una AFA muchas veces cuestionada por la falta de imaginación para fomentar acciones de este tipo.
Y ayer esa pretensión de cercanía tuvo sus frutos, porque unos 25 mil pibes se pudieron dar el gusto de, a días del Mundial, ver bien de cerca a las máximas estrellas del fútbol argentino, algo casi siempre reservado sólo para quienes pueden pagar una entrada, por lo general bastante costosa. Además, vale destacar que las invitaciones fueron para niños de escuelas de fútbol, centros comunitarios, comedores escolares y clubes, a quienes se les abieron las puertas del estadio de Huracán y, lo más trascendente, el corazón para vivir una jornada que jamás olvidarán y disfrutaron cerca de “Leo” y compañía.
Pero, como se trata de Argentina y de una Asociación que pretende ser de elite pero lucha por emerger de años de desmanejos y caos, la perfección volvió a asomar como la cuenta pendiente, en este caso en Parque Patricios.
El campo de juego de Huracán estaba en pésimo estado, impresentable para recibir a una selección repleta de figuras. Un combinado que cuenta entre sus filas con el mejor jugador de un mundo que seguro observó azorado las imágenes que recorrieron el planeta mostrando a “Leo” entrenándose en semejante terreno. Sólo pensar qué hubiera pasado si el que metía el pie en un pozo era Messi en lugar de Marcos Acuña, protagonista del gran susto de la práctica, da una noción de lo que significa arriesgar así a los jugadores.
Las razones de este desliz pueden encontrarse en la imposibilidad de contar con otro estadio y seguro también con el poco tiempo para diagramar esta movida, que sin dudas tuvo la mejor intención. Como sea, es inadmisible en este nivel.
El estado del campo y algunos problemas organizativos le dieron a la jornada un baño de realidad para recordarnos que, si bien la mayoría de los futbolistas juega en clubes de elite, la AFA aún navega alejada de allí y, muchas veces, lo padece. Y con esa doble sensación partirá el plantel argentino al Mundial: una buena, que fue recibir un mimo inolvidable; y una mala, la de ratificar que representa a un fútbol al que aún le falta para superar su crisis.