Se tomó revancha
La Tablada venció a Palermo Bajo y comenzó el torneo con el pie derecho.
Como resultado de haber desarrollado un tiempo para “golear” y otro para “sufrir”, La Tablada logró imponer condiciones sobre Palermo Bajo por la primera fecha del Súper Ocho, Copa Javier “Pelado” Morra, por 32 a 23. Un resultado que más allá de permitirle tomarse revancha de la derrota sufrida en Urca por la segunda fecha de la etapa de clasificación, le hizo aumentar sus “acciones”, que últimamente no cotizaban muy bien en esa imaginaria “City” del rugby cordobés.
O por lo menos es lo que se pudo interpretar a lo largo de los 80 y pico de minutos que disputó en Los Boulevares, atento a que repasando sus últimas actuaciones y la suerte de movida que realizó el staff que comanda “Carlín” Ayala para este encuentro, quedó claro que más allá del marcador el equipo se las arregló bien para ser un poco más que el 15 del Escarabajo.
Y eso, ante un rival que juega y no deja jugar (en el buen sentido de la palabra, claro) no es poca cosa.
Porque apelando a la memoria visual, esta versión 2018 de La Tablada no sólo le puso el pecho a la topada, sino que además fue contundente en las dos mitades del encuentro. Algo que, en buen romance, no es ni más ni menos que haber asumido el papel de protagonista de una, cerrándole a puro tackle al conjunto local todos los caminos hacia las “22” propias, como así también para fabricar los espacios para invadir el ingoal.
Es que fue a partir de tener la pelota más tiempo que los dueños de casa que logró apoyar dos tries de la mano de los hermanos Juan y Tomás Altamira (también jugó Rodrigo, pero se fue zapatero) lo que, sumado a lo que aportó Gregorio Damia pateando a los palos, le permitió cerrar el parcial con una ventaja de 18 a 9.
Un margen que, ya se sabe, en este juego no da garantía de nada, sobre todo cuando a su frente hay un equipo que no se iba a dejar “arrear” así no más, ya que así como la visita logró ampliar la luz de ventaja con el try de Santiago Tobal, debió arremangarse para contener la marea de los dirigidos por Mariano Moya. Aunque así como no pudo evitar que le cobraran un try penal cuando defendía un scrum en las “5” propias, también tuvo la lucidez como para, con dos jugadores menos, llegar nuevamente al try luego de que Gonzalo De Bialoskursky diera la última puntada en la bandera. Suficiente como para justificar la diferencia que hubo entre uno y otro equipo, por lo menos ayer.