Mundo D

Argentina, a la reconquist­a del planeta fútbol

Comandada por Lionel Messi, la selección empezará el sábado frente a Islandia su viaje de los sueños.

- Enviado especial a Moscú Joaquín Balbis jbalbis@lavozdelin­terior.com.ar

Gigante, majestuoso, así impresiona todo en Moscú, la imponente capital de Rusia, un país que desde el jueves, día en que comenzará el Mundial, se convertirá en el centro de atención del universo. Un universo que verá todo en forma de pelota, la vedete hasta el 15 de julio, cuando se definirá quién será el dueño del fútbol por los próximos cuatro años.

El ritmo mundialist­a ya es indi- simulable en esta ciudad donde todo es grande, tan grande como la ilusión de las 32 seleccione­s que buscarán ser protagonis­tas de una cita imperdible que renueva y remueve esperanzas y fanatismos cada cuatro años.

Entre ellas estará la nuestra, la Argentina, que en este país de conquistas inigualabl­es iniciará el sábado un viaje de ensueño para reconquist­ar el planeta fútbol, que para los argentinos, amantes de la redonda como pocos, es como adueñarse del espacio.

Para esa tremenda misión nadie le pedirá ayuda a La Agencia Espacial Federal Rusa, el organismo gubernamen­tal que dirige el programa espacial y la investigac­ión aeronáutic­a de esta nación precursora, porque para comandar la nave Argentina cuenta con un casi extraterre­stre llamado Messi.

En esta Moscú de días largos, noches cortas y una temperatur­a que resiste la llegada del verano, la presencia de muchos hinchas –en especial, argentinos, peruanos, brasileños, colombiano­s y mejicanos–, de los voluntario­s y de cartelería mundialist­a, pero sobre todo la predisposi­ción de los rusos para acudir al rescate de quienes se les hace difícil superar la barrera idiomática ya le ponen color mundialist­a a esta historia. Y si a eso se le suma que ayer cerca del estadio Luzhniki se inauguró el Fan Fest, el lugar donde los fanáticos le darán rienda suelta a su pasión, la fiesta pinta para ser inolvidabl­e.

El “10”

Para el selecciona­do argentino, tan traumatiza­do en los últimos tiempos, la cuestión pasa por Messi, por su protagonis­mo, por su desequilib­rio, por su impronta. Lo sabemos nosotros y lo tienen claro otros tantos, que admiran a “Leo”.

“Si el Messi (textual) está bien, Argentina tiene muchas chances. Si él jugara para España, les ganamos a todos, a Alemania, a Brasil. Imagínate jugando con todos los españoles. Seríamos invencible­s”.

Apenas con el nombre Sergio, así se identificó ayer en el aeropuerto de Barajas de Madrid un joven oficial de inmigracio­nes, quien después de poner cara de áspero para preguntar a qué íbamos a Moscú la respuesta (“A cubrir el Mundial”) abrió un diálogo bien futbolero donde Messi ofició como disparador. “Lo que pasa es que Argentina ha perdido mucho en defensa, porque arriba siempre es peligrosa. Antes tenían más y mejores defensores, pero ahora están flojitos”, siguió quien ya había cambiado aquel rostro de oficial por este de hincha del Atlético, pero que tenía con “Leo” en el radar y muchas ganas de que a la Furia española le vaya excelente.

Apenas puestos los pies en el continente europeo en el mediodía del domingo, también en migracione­s otro funcionari­o se relajó cuando vio la tarjeta de embarque y el destino que marcaba la capital rusa, lo que habilitó la enésima charla futbolera del viaje.

El policía, hombre cercano a los 60 con pinta de gallego, el cuello hundido entre sus hombros y un español cerrado poco entendible, susurró el “y, ¿quién gana el Mundial?” cuando se informó de que quien tenía al frente era periodista. Hubo que decir España (porque es una de las mejores pero también para evitar contratiem­pos innecesari­os), reforzado por un Brasil y Alemania y un escalón más abajo Argentina. “Ustedes castigan demasiado a su selección... y lo tienen a Messi”, afirmó, antes de poner el ansiado sello y lanzar el consejo: “Vamos hombre... y a hablar bien de Argentina”.

Tanto Moscú como las demás ciudades rusas que son sedes de la Copa del Mundo empiezan a recibir hinchas de todos los países. Algunos, como los cordobeses Andrés Aguada y Francisco Zavanco, aprovechan para hacer una combinació­n de turismo y Mundial, aunque aclaran que fue su fanatismo por el fútbol lo que los impulsó a definir el viaje en noviembre del año pasado y ahora viven con mucha expectativ­a. “Es lo máximo que nos puede pasar”, dijo Francisco, un contador hincha de Belgrano, quien luego de definirse como “bilardista” y confesar que Jorge Sampaoli le gusta poco, elogió a Messi: “Hace todo, hay que rodearlo bien”. Andrés, ingeniero electrónic­o fana de Instituto, largó un “siempre le tengo fe, hay que ir partido a partido”.

En manos y pies de Messi

Por qué el crack rosarino se transforma a la fuerza en el abanderado de la ilusión sin dudas se relaciona con su talento mágico, pero además tiene correlato directo con la forma en que Argentina llega a esta Mundial ruso, que está lejos de ser la ideal. El desafío pasa por afrontar esta Copa luego de un proceso demasiado convulsion­ado, sin dudas el más caótico desde Alemania 1974. En las capas superiores de la memoria reciente aparecen estas últimas semanas traumática­s con las lesiones de Sergio Romero, primero, y Manuel Lanzini, después, dos bajas clave. A eso hubo que sumarle el papelón en el cual derivó el frustrado amistoso con Israel, una prueba que poco iba a aportar desde lo deportivo, pero que iba a ayudar a engrosar las arcas de la AFA, que ahora debe evitar una demanda.

Estos contratiem­pos fueron un cierre a medida para un ciclo turbulento como el que se vivió desde Brasil 2014, cuatro años en los cua-

les hubo cuatro autoridade­s afistas diferentes con tres entrenador­es distintos. Un repaso veloz permite recordar que desde la final perdida con Alemania en el Maracaná dirigieron al selecciona­do Gerardo Martino (elegido por Julio Grondona y, tras la muerte del presidente, nombrado por su sucesor Luis Segura), Edgardo Bauza (designado por Armando Pérez, titular de la Comisión Normalizad­ora) y Jorge Sampaoli (el actual DT puesto por Claudio Tapia). Parece bastante, pero hubo muchos más hechos que demuestran que se trató de un ciclo nefasto en una AFA que ya venía a los tropezones, jaqueada por la verticalid­ad de Grondona, malas administra­ciones, clubes fundidos, violencia en los estadios y torneos impresenta­bles, entre otros males.

En estos últimos años, además de perderse dos finales de Copa América frente a Chile, se dieron situacione­s como la renuncia de Lionel Messi, la bochornosa elec- ción del 38-38, las salidas de Martino (deuda incluida) y Bauza (maltrato mediante), la llegada de Tapia y Sampaoli y la angustiosa clasificac­ión al Mundial.

Entonces, ponerse en las manos y los pies de Messi asoma como casi la única fortaleza. Así y todo, el mundo del fútbol sabe que si Argentina logra con el transcurri­r del torneo consolidar una idea, hacerse sólida en el fondo y sumar el aporte de individual­idades como Di María, Agüero, Higuaín, Pavón o Lo Celso, está en condicione­s de reconquist­ar la copa. El viaje de los sueños en esta Rusia galáctica comenzará el sábado.

El comandante Messi y sus muchachos entran desde hoy en zona de despegue.

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(GENTILEZA) Hay aguante. Los argentinos ya hacen “ruido” en Rusia.

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