El “clima” en Moscú

Pol es un hincha peruano que bambolea su cabeza en el Airbus A321 de Aeroflot que cubre el trayecto Madrid-Moscú. En cordobés básico habría que decir que viene “reventado”, algo que él ratifica cuando por enésima vez pierde de control de su testa, que en esta ocasión amaga con aterrizar en la humanidad de la coqueta señora con cara de abuela buena que lee con devoción un libro.

“Disculpe, pero hace como 30 horas que vengo viajando”, dice este treintañero que cuenta que salió de Lima rumbo a Río de Janeiro, luego a Madrid y de ahí a Moscú, para abordar el vuelo hacia su destino final, Saransk, sede del debut del seleccionado que dirige “el Tigre” Gareca, que el sábado a las 13 enfrentará a Dinamarca en esa ciudad, a unos 650 kilómetros de la capital.

La historia de Pol es la de tantos otros fanáticos que hacen lo que sea para estar cerca de sus colores amados. En su caso afrontar un viaje eterno para ver a su Perú.

Como Pol, son decenas de miles los hinchas de diferentes partes del mundo que llegan a Rusia. Todos debe estar registrados en el sistema Fan ID, un identificador que llevan colgado como una credencial. El gobierno de Putin quiere evitar riesgos y por eso se habla que este Mundial será el más controlado de la historia en un país gigante que convive con amenazas terroristas externas e internas, pero además hay riesgo de enfrentamientos entre hooligans de diferentes países, entre ellos los barrabravas argentinos.