Mundo D

Sampaoli tiene todo para repetir el 11 por primera vez

- Enviado especial a Rusia Joaquín Balbis jbalbis@lavozdelin­terior.com.ar

Jorge Sampaoli tenía que escuchar de boca del médico cómo estaba el mendocino Enzo Pérez para saber si podía hacer algo inédito desde que es entrenador de la Argentina: repetir una formación.

El mediocampi­sta de River arrastra un golpe en la cadera, pero apenas el selecciona­dor escuchó que podría contar con Pérez, ya supo que tenía todo para apostar a los mismos 11 que le ganaron a Nigeria el martes pasado.

Entonces, Franco Armani, Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo, Nicolás Tagliafico, Enzo Pérez, Javier Mascherano, Ever Banega, Ángel Di María, Lionel Messi y Gonzalo Higuaín serán los 11 que mañana irán por el pase a cuartos frente a Francia. Mismos nombres y mismo sistema, el 4-4-2 rendidor, en especial en el primer tiempo, que le permitió superar a los africanos.

Que Sampaoli pueda repetir equipo está lleno de significad­os, pero el más trascenden­te es que el DT (sólo o con la colaboraci­ón de alguno de sus jugadores) pisó el freno y le puso fin al frenesí de cambios y esquemas que ensaya desde que se calzó el buzo albicelest­e. Lo único que le había aportado hasta ahora a la selección era confusión y desconfian­za.

Y es cierto que hubo algunas actuacione­s flojas el martes, con el punto más bajo en Di María (se especuló que podía jugar Cristian Pavón), pero cuando se hace la lectura completa de ese partido se llega a la conclusión de que fueron más los puntos positivos que de los otros. Entonces, el DT aplicó el viejo y querido “equipo que gana no se toca”, aunque también se barajó el ingreso de Agüero por Higuaín.

Con los históricos como abanderado­s, el arquero transmitió seguridad, la defensa no pasó grandes sofocones, salvo cuando ya Argentina estaba muy jugada, Banega y Pérez fueron dos socios para Messi, e Higuaín entró en el circuito de juego más allá de que se le negó el gol. Y Mascherano, quien alternó buenas con malas, fue el alma de un equipo que necesitaba eso, alma. Por eso, y por la prueba de entereza anímica que dieron esos jugadores, el DT se puede dar el lujo de repetir un 11 por primera vez desde que hace 13 meses y 15 partidos dirige a Argentina.

Ayer a Sampaoli, uno de los que peor la pasó después del 0-3 con Croacia y lejos el más resistido por los hinchas en Rusia (contando cuerpo técnico y jugadores), se lo vio muy tranquilo, esperó a sus jugadores primero que nadie sentado distendido en una tribuna y después, en el poco tiempo que se lo pudo apreciar, lucía mucho mejor semblante que en los últimos días. Y aunque él sabe que pase lo que pase lo seguirán viendo de reojo y su continuida­d en el selecciona­do está más que en duda, sus sentidos están puestos ahora en la primera de las cuatro finales que debe ganar si quiere ser campeón mundial.

Si en algo no se equivocó el frenético entrenador es que para Argentina el martes iba a empezar a escribirse otra historia, que ahora, pasados el susto y el dramatismo, todos le quieren escribir un final feliz.

Para eso, mañana habrá que eliminar a Francia, una misión difícil, pero no imposible para un grupo que salió fortalecid­o de la crisis.

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