A otra cosa, mariposa...
Brasil y Uruguay quedaron eliminados ayer, y este Mundial pasó a ser una “Eurocopa”.
“Eno l Maestro” Tabárez
disimuló en absoluto su malestar cuando ayer, apenas consumada la eliminación de Uruguay del Mundial, se le pidió una reflexión sobre la supremacía que los equipos europeos tienen sobre los sudamericanos en esta Copa. Lo acusó su cara cuando sus habituales gestos mansos y amables se endurecieron. A esa hora, Brasil todavía debía jugar y continuaba en carrera en Rusia 2018.
El DT uruguayo desestimó una superioridad europea: “No se puede desconocer lo que es la realidad del fútbol, histórica, económica, de ahí viene la cosa. Bolivia no tiene el poderío de Alemania, ni Uruguay el de Inglaterra. Y además, todavía no se sabe quién será el campeón”. Aún no estaba escrito lo que al final del día se hizo realidad con la eliminación de Brasil: que el nuevo monarca volverá a ser europeo, como en los últimos cuatro mundiales.
Brasil, que ayer perdió el primer partido oficial con Tité como técnico (la otra caída había sido en el amistoso frente a Argentina en Australia en el debut de Jorge Sampaoli como DT albiceleste) y que en este ciclo ganó 20 de los 26 partidos que jugó, sufrió a una Bélgica poderosa que lo sacó del Mundial. Había hecho un buen campeonato la selección brasileña, que casi al trotecito se había metido en cuartos de final y llevaba puesto en mayúsculas el rótulo de candidato. A los belgas eso poco les importó: la sorprendieron, se lo arrebataron y la mandaron a casa sin chistar.
Con Brasil partió la última esperanza sudamericana. Horas antes, Francia había despedido a Uruguay como hace una semana había hecho lo mismo con Argentina. El martes pasado, los penales dejaron afuera a Colombia frente a Inglaterra, mientras que Perú no había podido pasar la fase de grupos.
El retroceso en cuanto a protagonismo es evidente respecto a Brasil 2014, cuando los locales y Argentina llegaron a “semis” y la Albiceleste jugó la final que perdió con Alemania. En Sudáfrica 2010, los uruguayos habían hecho historia al jugar “semis”, y en Alemania 2006 los cuatro mejores también habían sido europeos (Alemania, Italia, Francia y Portugal).
Ahora la historia se repite y debe ser un llamado de atención para el fútbol de este continente, que tendrá que hacer balances y autocríticas, aunque no todas las eliminaciones tuvieron el mismo peso por cómo se dieron. Perú, Colombia y Uruguay dejaron todo y cosecharon aplausos, Argentina dio ventajas por todas partes y Brasil no pudo aprobar su primer examen serio y otra vez sufre una gran decepción aunque no del nivel del 1-7 del Mundial pasado frente a los alemanes en casa.
La apreciación de Tabárez es cierta como también lo es que en los casos de las selecciones más poderosas de nuestro continente la mayoría de sus integrantes juegan en clubes europeos por lo que en cuestiones de competencia directa contra sus rivales del Viejo Continente dan pocas ventajas.
Sin embargo, en este Mundial reaparecieron las diferencias y como mínimo debe ser un llamado de atención y obligará a un revisión profunda para pensar en volver a intentarlo dentro de cuatro años.