Mundo D

Putin e Infantino, los otros grandes ganadores

El presidente ruso y el titular de la Fifa salieron fortalecid­os por un Mundial que casi no tuvo fisuras y en el cual se destacaron la organizaci­ón, la seguridad y la hospitalid­ad.

- Joaquín Balbis jbalbis@lavozdelin­terior.com.ar

Gianni Infantino asumió en febrero de 2016 como presidente de la Fifa, 10 meses después de que en mayo de 2015 explotó el escándalo por corrupción en el ente rector del fútbol mundial, un proceso que terminó con numerosos dirigentes y empresario­s (entre ellos varios argentinos) detenidos o investigad­os por la Justicia.

Este abogado suizo-italiano de 48 años reemplazó al suspendido dirigente suizo Joseph Blatter, quien después de gobernar desde 1998 debió abandonar el cargo acorralado por los numerosos actos más que oscuros que se dieron durante su gestión.

Entre tantas sospechas hay que contar la designació­n, en diciembre de 2010, de Rusia como organizado­ra del Mundial que finalizó ayer y de Qatar de la Copa del Mundo de 2022, que se jugará en noviembre y diciembre de ese año.

La sede rusa fue elegida en desmedro de Inglaterra y la catarí por encima de Estados Unidos.

El pago de coimas o favores a dirigentes fue motivo de investigac­ión del FBI estadounid­ense en el marco del megaproces­o en el cual quedó la Fifa.

En ese contexto, le tocó a Infantino ser la máxima autoridad del fútbol mundial post-Blatter y estar bajo la lupa en el primer Mundial desde 1998 con otro presidente.

El otro hombre

Pero, además, el campeonato que finalizó ayer en Moscú tenía otro gran interesado –el principal de todos– en que las cosas se desarrolla­ran a la perfección: Vladimir Putin.

El presidente ruso, quien necesitaba dar al mundo una señal de fortaleza a través del fútbol con una Copa donde se destacaran los hechos positivos, terminó ayer con una sonrisa amplia al ver que su objetivo se cumplió, que el campeonato fue un éxito y que él, quien se había puesto al frente del desafío, pudo superar la prueba con un aprobado que le ayuda para mejorar la imagen de Rusia, y en especial la de él, en el resto del planeta.

Y eso no es poco en un contexto mundial en el cual la mayoría de las potencias de Occidente lo relojean con desconfian­za.

“Fue el mejor Mundial de la historia”, afirmó Infantino, quien el próximo año buscará su reelección, y esta Copa también le vino muy bien.

Y si bien es difícil evaluar si fue el mejor de la historia, sí se puede decir que el Mundial que se jugó en el país más grande del mundo (que con casi 12 mil millones de dólares de inversión fue el más caro de todos) se sitúa cómodo en el podio y le abre un desafío enorme a Qatar 2022, que ya con sus millones del petróleo y del gas corre hacia superar a este campeonato en la que será una Copa que tendrá la particular­idad de que se jugará en noviembre de ese año en el país más chico de todos donde se ha disputado.

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(AP) Se mira y se toca. Infantino y Putin, que acaricia la Copa del Mundo, ese objeto de deseo.

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